NO puedo guardar silencio cómplice, frente a los intentos de desmantelar la Constitución y con ella su legado y espíritu, con el que se rompió el paradigma vertical de la relación Sociedad-Estado, para consolidar un modelo de Desarrollo, donde la naturaleza y el ser humano constituyen el eje central para el ejercicio de los derechos, garantías y la consolidación del Buen Vivir.

El Pacto Histórico se materializó a partir del 2008 a través de la construcción democrática y participativa de la Constitución que hasta ahora rige las relaciones politico-administrativas, económicas, sociales, culturales y soberanas de las y los ecuatorianos, bajo una concepción diferenciadora, que le da al Estado la obligación de ser garante de los derechos de todas y todos.
El Ecuador NO necesita una nueva Constitución, mucho menos necesita una Constituyente en la que se pretenda manipular el poder originario, el Ecuador necesita de autoridades, actores políticos y de la sociedad civil, que entiendan y reivindiquen el carácter emancipador de la Carta Magna, que se apropien de su eficacia jurídica y constitucional y de la solidez normativa de la que está construida, que ha sido la base para regular y armonizar las dinámicas sociales que hasta el 2017 llevaban una estabilidad sostenida.
Así como en la política, en el derecho y en la cotidianidad se puede ser optimista pero jamás se puede ser ingenuo; la hoja de ruta de la “nueva Constitución” está trazada, bajo un velo de opacidad, pero ya tiene una orientación clara, dirigida al debilitamiento y reducción del Estado a su mínima expresión, a la desaparición de toda forma de garantísmo constitucional, al desmantelamiento de la estructura soberana sobre el manejo de los sectores estratégicos, a la cesión de territorio a fuerzas militares extranjeras y lo más grave, la eliminación de gran parte del catálogo de derechos, de los que gozamos como ciudadanas y ciudadanos.
NO podemos ni debemos, como sociedad, ser parte de un retroceso constitucional tan irresponsable, solamente para satisfacer las aspiraciones de un grupo de entusiastas libertarios, que le hacen el juego a un presidente, cuyos caprichos NO responden ni siquiera a las verdaderas necesidades del país y la gente, sino a las agendas neoliberales y geopolíticas que le imponen las multilaterales, el Fondo Monetario Internacional, bajo las premisas del Consenso de Washington.
Este es un llamado a la sociedad en su conjunto, para defender la Constitución que es de todas y de todos, para garantizar y asegurar su plena, efectiva y sostenida vigencia mediante un voto consciente, frente a las amenazas y riesgos que implica un proceso Constituyente a la medida, en condiciones en las que la Democracia ha sido manipulada únicamente para asegurar las agendas mercantilistas y regresivas del actual gobierno.
NO a la Consulta de Noboa / NO a la Constituyente de Noboa.
Artículo preparado por: Ernesto Pazmiño Chávez
Los comentarios publicados en este portal no representan necesariamente la opinión del medio. La responsabilidad de su contenido recae exclusivamente en quien los emite.
