El reciente debate presidencial en Ecuador destacó un tema crucial que afecta a millones de ecuatorianos: la salud. Luisa González, candidata a la Presidencia por la Revolución Ciudadana, utilizó este escenario para expresar su firme intención de declarar la emergencia en el sector salud si llega a ser electa.

En sus declaraciones, no solo criticó la gestión actual del presidente Daniel Noboa, sino que también presentó una visión clara para revitalizar un área que ha sido gravemente descuidada.

La indolencia del gobierno actual hacia la salud pública

Durante el debate, González no escatimó en señalar la falta de atención que el actual gobierno ha mostrado hacia la salud pública.

Acusó a Noboa de indolente, destacando cómo esta falta de interés ha llevado a un abandono alarmante del sistema. La candidata enfatizó que la salud debe ser una prioridad, no un asunto secundario.

González argumentó que la disminución en el número de afiliados al Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) es un indicativo claro de esta indolencia.

En sus palabras, “en este gobierno se ha reducido en más de 28 mil el número de afiliados, poniendo en riesgo nuestras pensiones jubilares.”

Esto plantea un desafío significativo, ya que la sostenibilidad del IESS depende de un adecuado flujo de afiliados.

Con un enfoque en la recuperación de empleos y la creación de nuevas oportunidades laborales, González busca revertir esta tendencia preocupante.

Una propuesta integral para mejorar el sistema de salud

González se comprometió a resolver los problemas del sistema de salud a través de un enfoque multifacético. Su plan incluye incrementar el número de afiliados al IESS mediante la creación de dos millones de empleos en cuatro años.

Esta estrategia tiene como objetivo no solo fortalecer las finanzas del IESS, sino también garantizar que los derechos de los trabajadores sean respetados.

La candidata también hizo hincapié en la necesidad de reformas estructurales dentro de las unidades de salud. Propone colocar a personas capacitadas en posiciones clave tanto en hospitales como en el directorio del IESS.

Dijo: “mi primera medida será declarar la emergencia en la salud”, lo cual refleja su compromiso de actuar rápidamente para abordar las deficiencias existentes.

González planteó la urgencia de mejorar la infraestructura sanitaria, indicando la construcción de nuevos hospitales en regiones necesitadas como Los Ríos, Esmeraldas y Manabí.

Este enfoque regional es vital para asegurar que todos los ecuatorianos tengan acceso a servicios de salud de calidad, independientemente de su ubicación geográfica.

Historias de vida y la realidad de la situación actual

En su intervención, González compartió testimonios conmovedores de ciudadanos que han sufrido debido a la falta de atención gubernamental en el sector salud.

Relató situaciones desgarradoras, como el caso de una mujer que perdió a su hermano por no poder costear una medicina esencial.

Estas historias sirven para humanizar el debate y recordar que detrás de las estadísticas existen vidas que dependen de decisiones políticas.

Asimismo, hizo un llamado a la empatía y a la acción inmediata para solucionar problemas como la falta de tratamiento para enfermos renales y de cáncer.

Al afirmar “no son un número, son seres amados”, González subraya la urgencia de poner en el centro de la política de salud a las personas y sus necesidades.

Un compromiso con el pueblo ecuatoriano

La propuesta de Luisa González para declarar la emergencia en salud no solo es un reconocimiento del estado crítico del sistema sanitario, sino también un compromiso con el pueblo ecuatoriano.

Sus críticas al gobierno actual y su enfoque proactivo nos permiten vislumbrar un camino esperanzador hacia un sistema de salud más robusto y accesible.

La salud es un derecho fundamental, y su disposición a confrontar la indolencia y la falta de acción es un paso valioso hacia la justicia social y la equidad.

A medida que el país se prepara para elegir a su próximo líder, es fundamental que los ciudadanos evalúen estas propuestas y consideren qué tipo de cambio necesitan para garantizar un futuro saludable y próspero para todos.

La salud pública no debe ser un tema olvidado; debe estar en el corazón de la administración pública, y Luisa González parece dispuesta a hacer de ello una realidad.

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