Los alcaldes de las dos principales ciudades del país, Guayaquil y Quito, marcaron posición frente a las recientes declaraciones del ministro de Transporte, Roberto Luque, quien sostuvo que los municipios deben resolver los efectos del incremento en el precio del diésel.

Aquiles Álvarez, alcalde de Guayaquil, fue contundente: “Los guayaquileños no vamos a pagar por las malas decisiones del Gobierno Central. La decisión del Municipio es clara: NO subir el pasaje. Que el Gobierno asuma sus errores y deje de sacarse las responsabilidades de encima”.

Álvarez recalcó que Guayaquil mantiene su autonomía y planificación propia, y que cualquier cambio tarifario depende del Concejo Municipal, no del Gobierno. “Así de claro: NO se subirá ni un centavo el pasaje”, sentenció.

Por su parte, Pabel Muñoz, alcalde de Quito, enfatizó que “el único responsable de que hoy se hable de posibles incrementos de tarifas en el transporte público es el Gobierno Nacional”. Recordó que la eliminación del subsidio al diésel responde a un acuerdo con el FMI y que “toda receta impuesta fracasa”.

Muñoz subrayó que el transporte público no solo es un servicio de movilidad, sino una política social que impacta directamente en la economía de las familias. “Subsidios al diésel para transporte de pasajeros y alimentos deben ser una política nacional”, señaló, al tiempo que pidió priorizar soluciones a la crisis sanitaria, de empleo y seguridad en lugar de trasladar la carga a los ciudadanos.

Ambos alcaldes coincidieron en que el Gobierno no puede trasladar sus responsabilidades a los municipios ni mucho menos a los usuarios, quienes ya enfrentan el peso de una crisis económica y social sin precedentes.

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