
La actual situación política en Ecuador se encuentra marcada por tensiones electorales y la lucha por la transparencia en los procesos democráticos.
En este contexto, Luisa González, candidata presidencial por el movimiento de la Revolución Ciudadana, ha proclamado que su equipo está decidido a asegurar que las elecciones no sean manipuladas.
A medida que se acerca la segunda vuelta electoral, la preocupación por el control del Consejo Nacional Electoral (CNE) ha crecido, especialmente frente a las críticas que González ha dirigido hacia la presidenta del organismo, Diana Atamaint.
Equipo comprometido con el futuro de Ecuador
González enfatiza la integridad y el compromiso de su equipo de control electoral.
En entrevista con Radio Amor este martes, destacó que su equipo está compuesto por militantes apasionados, más allá de su lealtad personal a ella o al movimiento.
“Son gente comprometida con 18 millones de ecuatorianos,” afirmó, lo que subraya la importancia de un proceso electoral justo y transparente.
Este equipo tiene el objetivo de supervisar y garantizar que cada voto cuente, manteniendo un enfoque vigilante sobre el sistema electoral.
La candidata mostró confianza en la capacidad de su equipo para hacer seguimiento de los procedimientos en cada mesa de votación: desde el uso de celulares para documentar el proceso hasta la verificación de las actas.
Según González, si hay discrepancias entre las actas reportadas y los votos reales, se procederá a impugnar los resultados.
Este enfoque proactivo busca mitigar cualquier intento de manipulación o fraude electoral.
Las acusaciones contra el CNE
Uno de los temas candentes en la conversación es el papel del CNE bajo la dirección de Diana Atamaint. González ha señalado conductas que considera parcializadas, sugiriendo una alianza tácita entre Atamaint y el candidato presidencial Daniel Noboa.
La candidata ha denunciado el cambio súbito de recintos electorales, así como el retraso en la entrega de cédulas de identidad, lo que podría causar confusión entre los votantes y perjudicar su capacidad para participar en las elecciones.
“Un cambio de recintos electorales hasta 24 horas antes de la votación es inaceptable,” dijo González, alertando sobre cómo estas maniobras buscan desorientar a los electores.
La indignación de González se hace palpable cuando menciona informes de siete mil cédulas que no han sido entregadas en Puerto Viejo.
Este tipo de situaciones refuerzan su llamado a la movilización ciudadana para proteger el derecho al voto, especialmente en zonas donde su apoyo es fuerte.
“El pueblo ecuatoriano ya no come cuento,” afirmó, indicando un creciente escepticismo hacia las instituciones que deberían estar garantizando la democracia.
El llamado a la movilización ciudadana
Frente a lo que considera un riesgo de fraude electoral, Luisa González ha hecho un llamado explícito a sus seguidores y a la ciudadanía en general.
“Nos estamos jugando la vida,” expresó, refiriéndose no solo al futuro político del país, sino también a las preocupaciones de seguridad que enfrentan los ecuatorianos en su vida diaria.
Reconociendo la gravedad de la situación, enfatizó que la movilización tendría como objetivo no solo defender la democracia, sino también un futuro mejor para todos los ecuatorianos.
La Revolución Ciudadana ha formulado un plan para establecer un «control espejo» en el proceso electoral, asegurando que haya una doble vigilancia sobre el funcionamiento del sistema electoral.
Esta estrategia busca no solo disuadir el fraude, sino también empoderar a la ciudadanía, haciéndola partícipe activa del proceso democrático.
El futuro en manos del pueblo
A medida que se aproxima la fecha crucial de la segunda vuelta electoral, el mensaje de Luisa González se vuelve cada vez más claro: la vigilancia electoral es un deber patriótico.
La Revolución Ciudadana se presenta como un baluarte contra el potencial robo de la democracia, convocando a todos los ecuatorianos a ser parte activa de la defensa de su derecho al voto.
La incertidumbre que rodea a este proceso electoral invita a la reflexión sobre la importancia de las instituciones democráticas y la responsabilidad que tienen los ciudadanos en mantenerlas.
La lucha por la transparencia y la justicia en las elecciones es un camino que solo puede ser recorrido con la participación activa de todos; una verdadera revolución ciudadana en la búsqueda de un Ecuador mejor.