La candidata enfatiza que cada voto cuenta y que es vital resguardar la voluntad del pueblo para construir un futuro más justo.

La segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Ecuador se aproxima y, con ella, un aire de expectativa sobre el voto.

Luisa González, candidata presidencial por el movimiento de la Revolución Ciudadana, ha dejado claro su compromiso de supervisar el proceso electoral, promoviendo una participación activa del pueblo ecuatoriano para proteger su derecho al voto.

Un llamado a la vigilancia ciudadana del voto

En un evento masivo en Chone, en la provincia de Manabí, Luisa González hizo hincapié en la necesidad de estar alertas frente a cualquier intento de «robo de la democracia».

En un momento en que la confianza pública en las instituciones es crucial, González invitó a los ecuatorianos a tomar un rol protagónico en la defensa de sus derechos.

“Porque no voy a permitir que nos sigan humillando”, exclamó, instando a los presentes a levantarse con dignidad y orgullo.

Este sentido de comunidad y lucha resuena con muchas personas que buscan un cambio significativo en el país.

El llamado a la vigilancia del voto no solo refleja una preocupación legítima sobre la integridad del proceso electoral, sino que también destaca la importancia de la participación ciudadana.

La candidata enfatiza que cada voto cuenta y que es vital resguardar la voluntad del pueblo para construir un futuro más justo.

La crítica al Consejo Nacional Electoral

González ha manifestado su desconfianza hacia el Consejo Nacional Electoral (CNE), específicamente hacia su presidenta, Diana Atamaint.

La candidata señala que la actitud del CNE parece favorecer al actual presidente, Daniel Noboa, quien busca su reelección.

Esta percepción de complicidad ha alimentado la sospecha de que podría haber irregularidades en el proceso electoral.

En este contexto, la insistencia de González en estar alerta al voto cobra aún más relevancia, pues asegura que la democracia ecuatoriana está en juego.

A lo largo de su discurso, González argumentó que el papel del CNE debería ser el de un árbitro imparcial, pero su percepción es que se ha convertido en un aliado del gobierno actual.

Esta crítica es fundamental en su estrategia para movilizar a la población hacia una mayor participación y vigilancia.

Una convocatoria a la unidad y lucha pacífica

El mensaje de Luisa González no solo se trata de advertir sobre las amenazas a la democracia; también es un llamado a la unidad.

“Vamos juntos, porque somos gente valiente, gente de lucha”, afirmó, apelando a un sentido de colectividad entre los ecuatorianos.

La candidata aboga por una lucha pacífica y organizada, enfatizando que la esperanza y la dignidad deben prevalecer sobre el miedo y la violencia.

Este tipo de mensajes son esenciales, ya que fomentan la cohesión social y permiten que grupos diversos se reúnan en torno a un objetivo común: el respeto por el voto y la construcción de un futuro mejor.

González hace un llamado a dejar atrás los odios y venganzas, y en su lugar, construir un país basado en el amor a la patria y en los derechos de todos.

El 13 de abril: una fecha crucial para Ecuador

La fecha de la segunda vuelta, el 13 de abril, se presenta como un hito decisivo en la historia electoral del país.

González ha prometido que si es necesario, llevará la lucha a las calles, movilizándose para asegurar que cada voto sea contado.

Este enfoque proactivo refleja su convicción de que el pueblo ecuatoriano tiene el poder de cambiar su realidad, siempre y cuando permanezca vigilante y unido.

La promesa de abrir urnas si hay dudas sobre el proceso es un hecho contundente, que demuestra la determinación de la candidata de no aceptar un resultado que no refleje la verdadera voluntad del pueblo.

González recuerda a los electores que su voz es poderosa, que el miedo no debe reinar y que cada uno tiene un papel en la defensa de su democracia.

La responsabilidad de cada ciudadano

La insistencia de Luisa González en ser vigilantes del voto en la segunda vuelta no es solo un llamado a la acción; es un reconocimiento de que la democracia requiere la participación activa de todos.

En un ambiente donde la desconfianza puede amenazar la legitimidad del proceso electoral, es vital que los ciudadanos asuman la responsabilidad de proteger sus derechos y ejercer su deber cívico con valentía.

El 13 de abril será, sin duda, una prueba crítica para el Ecuador.

Tendremos que recordar que cada voto cuenta y que la vigilancia ciudadana es esencial para garantizar que el proceso se lleve a cabo de manera justa.

Al final del día, la esperanza, la paz y el deseo de un futuro mejor deben guiarnos, porque, como bien dice González, “el miedo es de ellos, el odio es de ellos; la esperanza y la dignidad son nuestras”.

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