A lo largo de la historia de la MLB ha habido jugadores icónicos que son fácilmente identificables con una franquicia que la llevaron a lo más alto. De esos jugadores se retroalimentan sus equipos para que las apuestas deportivas otorguen más opciones de triunfo a su conjunto. Sin lugar género de dudas, este es el caso de David Ortiz y los Boston Red Sox.
Conocido cariñosamente como «Big Papi», es una figura emblemática en la historia del béisbol y un ícono inconfundible de la franquicia por excelencia de beisbol del Estado de Massachussets. Su impacto en el equipo, la ciudad de Boston y el deporte en general es profundo, marcado por su increíble talento, su carisma y su habilidad para brillar en los momentos más cruciales.
La llegada de Ortiz a Boston coincidió con un período de gran transformación para los Red Sox. Desde el principio, Ortiz demostró ser un bateador poderoso y un líder en el vestuario. Su primera temporada con los Red Sox fue impresionante, con 31 home run y 101 carreras impulsadas, cifras que anticipaban su impacto en el equipo.
El año 2004 fue un punto de inflexión en la historia de los Red Sox y en la carrera de David Ortiz. Los Red Sox llevaban 86 años sin ganar una Serie Mundial, una sequía a menudo atribuida a la «Maldición del Bambino». Ortiz jugó un papel crucial en la histórica remontada de los Red Sox en la Serie de Campeonato de la Liga Americana (ALCS) contra los New York Yankees. Con el equipo al borde de la eliminación, Ortiz bateó dos home runs decisivos en los juegos 4 y 5, ayudando a los Red Sox a completar una remontada sin precedentes y avanzar a la Serie Mundial.
En la Serie Mundial de 2004, Ortiz continuó su actuación estelar, liderando al equipo a una barrida de los St. Louis Cardinals y poniendo fin a la «Maldición del Bambino». Este triunfo consolidó a Ortiz como un héroe en Boston y un jugador clave en la historia del béisbol.
El legado de Ortiz se enriqueció aún más con los campeonatos de la Serie Mundial en 2007 y 2013. En 2013, Ortiz tuvo una actuación espectacular en la Serie Mundial contra los St. Louis Cardinals, bateando .688 y siendo nombrado el Jugador Más Valioso (MVP) de la serie. Este triunfo fue especialmente significativo para la ciudad de Boston, que se estaba recuperando del atentado en el maratón de Boston ese mismo año.
El dominicano se retiró al final de la temporada 2016, dejando atrás una carrera llena de logros y momentos inolvidables. Terminó su carrera con 541 home runs, 1,768 carreras impulsadas y una influencia duradera en el béisbol. En reconocimiento a su impacto, los Red Sox retiraron su número 34 en 2017, asegurando que su legado perdure en Fenway Park.
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