Desde la semana pasada, la demanda de la vacuna contra la fiebre amarilla ha aumentado significativamente en Quito, generando largas filas en centros de salud públicos y la búsqueda de alternativas privadas por parte de la ciudadanía.

Este es el ambiente en un centro de salud de la Martha de Roldós. Aquí la vacuna se aplica solo los lunes y miércoles JUAN PABLO PÉREZ

Sol Chávez fue una de las personas que acudió el 6 de mayo al centro de salud de Las Casas, en el centro-norte de Quito, donde esperó más de una hora bajo el sol junto a otros ciudadanos para recibir la vacuna, necesaria antes de su viaje al Oriente.

En ese establecimiento, se entregaron 60 turnos en la mañana y estaba prevista una segunda ronda similar más tarde, publicó Diario Expreso.

Situaciones similares se vivieron en centros como La Vicentina, donde Karla Ramón fue inmunizada tras presentar su pase de abordaje, ya que viajará a Aruba el 20 de mayo. Según el doctor Juan Quisanga, la demanda se ha duplicado en las últimas semanas, pasando de 10-20 inmunizaciones semanales a más de 40, y los tiempos de espera han aumentado considerablemente.

No obstante, no todos los centros de salud cuentan con disponibilidad. Mishel Andrango, de 28 años, recorrió varias unidades en el sur de la ciudad —Turubamba, Lucha de los Pobres y el centro del Centro Histórico— sin éxito. “No quiero exponerme ni a mi familia”, dijo, al continuar su búsqueda.

Las autoridades de salud están priorizando la aplicación de la vacuna a personas que viajarán a zonas de riesgo, como la Amazonía, donde el virus es endémico. La vacunación es gratuita en centros públicos, pero algunos ciudadanos han optado por acudir a clínicas privadas ante la escasez en ciertos sectores.

Más detalles en Diario Expreso

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