En Ecuador, cada vez son más las víctimas de suplantación de identidad, un delito que opera de forma silenciosa y que ha permitido a redes criminales obtener líneas telefónicas, contratar servicios, e incluso acceder a créditos, utilizando cédulas robadas o filtradas.

Un caso reciente conmociona por su gravedad. Juana María Pérez (nombre protegido por seguridad) recibió una citación de la Fiscalía en enero de 2025 por presuntas llamadas de extorsión realizadas desde líneas telefónicas registradas a su nombre. El hecho la vinculaba —injustamente— con un temido grupo de delincuencia organizada (GDO) que operaba en Guayaquil.
Las investigaciones revelaron que, en septiembre de 2024, delincuentes compraron nueve líneas prepago utilizando su número de cédula sin su consentimiento. Hasta ahora, no se ha determinado cómo accedieron a su información personal.
Pérez tuvo que presentarse ante la Fiscalía, gestionar la cancelación de esas líneas con la operadora telefónica y denunciar formalmente el caso por suplantación de identidad. El proceso legal continúa, mientras lucha por limpiar su nombre.
Este tipo de casos no es nuevo. Entre 2016 y 2019, al menos 65 personas denunciaron cargos indebidos y deudas por servicios no contratados a la empresa Otecel S.A. En respuesta, la Corte Constitucional del Ecuador, el 6 de febrero de 2025, falló a favor de que se elabore una normativa para proteger a los consumidores ante estas prácticas.
La Agencia de Regulación y Control de las Telecomunicaciones (Arcotel) tiene un plazo de seis meses para proponer esta regulación, en coordinación con el Ministerio de Telecomunicaciones, la Defensoría del Pueblo, la Dirección Nacional de Registro de Datos Públicos y la Superintendencia de Protección de Datos Personales.
Mientras tanto, los casos de fraude con identidades ajenas se siguen reportando, no solo en telefonía móvil, sino también en instituciones financieras, como el Banco del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (Biess), donde se han detectado intentos de obtener créditos fraudulentos usando datos personales robados.
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