La abogada internacional Sonia Vera, defensora del exvicepresidente Jorge Glas y de Carlos Bernal, denunció públicamente la sentencia que los condena a 13 años de prisión como una “aberración jurídica” motivada por intereses políticos y no por pruebas reales.
Vera cuestionó duramente la imparcialidad del tribunal, que —según afirma— actúa como “una maquinaria de ejecución al servicio de un guion político”, evitando investigar el secuestro de Glas en la Embajada de México, lo que habría puesto en evidencia graves violaciones de derecho internacional ante la Corte Internacional de Justicia.
Entre los argumentos más sólidos que expone, subraya que:
- No existe informe técnico que demuestre perjuicio económico al Estado ni pruebas que vinculen a sus defendidos con el manejo de recursos públicos.
- La acusación no demuestra beneficio personal, requisito indispensable para que se configure el dolo en delitos de peculado.
- La sentencia ignora por completo los alegatos de la defensa, vulnerando así el derecho a un proceso justo.
- Condenar solo por haber ocupado un cargo público atenta contra el principio de responsabilidad penal personal.
Vera calificó como “un escándalo” la dureza de la condena: 13 años de prisión, inhabilitación perpetua y una reparación de 250 millones de dólares, asegurando que no se trata de un fallo judicial legítimo, sino de “un mensaje de venganza” dirigido especialmente a Manabí, provincia históricamente cercana a la Revolución Ciudadana.
“Es imposible callar mientras el Derecho Penal se prostituye para fabricar culpables y silenciar disidentes. La corrupción se combate con pruebas, no con teatros judiciales”, sentenció Vera, reafirmando su solidaridad con Glas, Bernal y sus familias.
FIN