
La central hidroeléctrica Coca Codo Sinclair, con una capacidad instalada de 1.500 MW, es responsable de más del 25% de la energía que consume el Ecuador, según indicó el ingeniero Fernando Salinas, presidente del Foro Energético del Ecuador, durante una entrevista reciente en FM Mundo.
Avance de la erosión regresiva: el mayor peligro
Uno de los puntos más preocupantes, según Salinas, es que la erosión regresiva del río Coca ha alcanzado 4,7 kilómetros de distancia desde la captación de agua de la central. “Si esta área colapsa, estaríamos ante un grave problema”, advirtió. Este fenómeno natural, que ya ha destruido infraestructura aguas abajo como el oleoducto SOTE, avanza hacia las estructuras de captación que alimentan a la central, poniendo en peligro su operación futura.
Obras en marcha, pero el tiempo apremia
Ante esta amenaza, CELEC EP ha iniciado obras civiles de mitigación basadas en estudios realizados por el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Estados Unidos y una unidad técnica creada dentro de la misma empresa pública. No obstante, Salinas señala que en los últimos días se ha observado una “aceleración en la erosión”, lo que indica que las medidas tomadas podrían no estar avanzando con la urgencia necesaria.
Un sistema sin respaldo inmediato
El ingeniero Pablo Arias, experto en energía, fue enfático al señalar que, en caso de que Coca Codo Sinclair se vea comprometida, “podríamos enfrentar una crisis grave”. Esta advertencia cobra mayor peso considerando que no se han incorporado nuevos proyectos de generación al sistema, a pesar de haberse desembolsado 70 millones de dólares para ello en 2024. “No hemos tenido avances ni noticias al respecto”, dijo Arias, refiriéndose a proyectos como Progen y Electrotécnica Austral, cuya integración no se ha concretado.
Además, Arias advirtió que la situación política en Colombia podría afectar la importación de energía desde ese país, y que actualmente no hay alternativas listas a corto plazo. “No contamos con generación nueva ni con respaldo térmico suficiente, y el parque termoeléctrico requiere aún mantenimiento”, explicó.
Un déficit cada vez más cercano
De acuerdo con Salinas, el país podría enfrentar un déficit energético de unos 400 MW si no se integran los nuevos proyectos antes del estiaje de septiembre de 2025. Este déficit podría aumentar si Coca Codo Sinclair sufre afectaciones. Incluso con la recuperación parcial de 600 MW en centrales térmicas, la falta de mantenimiento en centrales renovables como Bilonaco y las hidroeléctricas del Pacífico añade incertidumbre al suministro.
Por su parte, Arias alertó que, sin ayuda adicional de Coca Codo o energía importada de Colombia, “podríamos enfrentar apagones”. Señaló también que el plan operativo del CENACE debe ser actualizado con base en los riesgos actuales, y que la falta de avances desde 2024 en generación alternativa agrava el panorama.
Las declaraciones de los expertos confirman que Coca Codo Sinclair es la pieza central del sistema energético ecuatoriano, pero también su punto más vulnerable. La erosión regresiva no es solo un problema técnico o ambiental, sino una amenaza estratégica para la continuidad del servicio eléctrico nacional.
FIN