
Desde su puesta en operación en 2016, la central hidroeléctrica Coca Codo Sinclair (CCS) se ha convertido en la columna vertebral del sistema eléctrico ecuatoriano. Con una capacidad instalada de 1.500 megavatios (MW), CCS es la planta de generación más grande del país y un ejemplo de innovación técnica y sostenibilidad.
Diseño eficiente y tecnología de vanguardia
CCS aprovecha el caudal del río Coca mediante un sistema de captación ubicado a 1.500 metros sobre el nivel del mar. El agua se transporta a través de un túnel de 24,83 km de longitud hasta la cámara de carga, donde se regula el flujo antes de llegar a las tuberías forzadas. Estas conducen el agua hacia 8 turbinas Pelton, diseñadas para operar con un salto neto de 620 metros y un caudal de 222 m³/s, garantizando un alto rendimiento energético.
Energía limpia y reducción de emisiones
Gracias a su operación, CCS ha permitido reducir la dependencia de plantas térmicas, contribuyendo a la disminución de emisiones de carbono en Ecuador. Además, cuenta con un sistema de restitución de caudal ecológico, que minimiza el impacto ambiental y mantiene el equilibrio del ecosistema ribereño.
Mantenimiento predictivo y continuidad operativa
CCS implementa programas de mantenimiento avanzado, como análisis vibracional y termografía infrarroja, para detectar fallos de manera temprana y evitar paradas no programadas. Esto asegura su operatividad y confiabilidad.
Un referente regional
En sus 9 años de operación, CCS ha demostrado ser un proyecto estratégico para Ecuador, aportando estabilidad y seguridad energética. Su diseño y eficiencia la posicionan como un modelo para futuros proyectos hidroeléctricos en la región.