
En el contexto electoral de la Revolución Ciudadana (RC5), la literatura ha encontrado un nuevo y vibrante escenario para conectar con la ciudadanía.
La campaña de Luisa González no solo se sostiene en propuestas políticas, sino que ha abrazado la cultura como una herramienta poderosa para fomentar el diálogo y la reflexión.
Con el objetivo de repartir 20 mil libros en diversos puntos del país, esta iniciativa ha capturado la atención y el interés de jóvenes y adultos por igual, convirtiéndose en un fenómeno que va más allá de la mera política electoral.
Un gesto literario que trasciende las urnas
La entrega de seis mil 500 libros en Quito y 700 en Loja marca el inicio de una campaña que pone de relieve la importancia de la lectura en la vida de los ecuatorianos.
Estos libros, donados por la Fundación Eugenio Espejo, incluyen obras de notables autores y autoras ecuatorianas como Pablo Palacio, Iván Eguez y Eugenia Viteri.
Esta selección literaria no es solo un regalo; es una declaración de intenciones.
Al compartir literatura en las afueras de universidades, colegios y parques, la campaña busca incentivar la participación ciudadana y crear un espacio de encuentro donde se discutan ideas, sueños y anhelos, tanto en el ámbito cultural como político.
Conversaciones que enriquecen: literatura y política
Los brigadistas que participan en esta campaña no solo reparten libros; son agentes de cambio que entablan conversaciones significativas con las personas.
Hablar de literatura se convierte en una forma de explorar también los matices de la política actual y el legado del gobierno de la Revolución Ciudadana de entre 2007 y 2017 en favor de la cultura.
La conexión entre ambos mundos es innegable, y muchos jóvenes han encontrado en este enfoque una manera fresca y atractiva de involucrarse en el proceso electoral.
La literatura se convierte así en un vehículo para la reflexión crítica y la construcción colectiva de un futuro en el que la cultura tenga un papel protagónico.
Un sábado lleno de cultura en Quito
El próximo sábado, el Parque de Cotocollao en Quito se convertirá en un punto de convergencia cultural. Desde las 10:00 de la mañana, se llevará a cabo un gran evento donde se compartirán libros, música y teatro, celebrando la lectura y su poder transformador.

Este tipo de actividades no solo promueven el acceso a la literatura, sino que también crean un espacio de convivencia pacífica, donde la comunidad puede disfrutar del arte en sus diversas formas.
La participación de exministros y figuras reconocidas, como Kinto Lucas, refuerza la importancia de estas iniciativas, que buscan poner en valor la cultura como pilar fundamental de la sociedad ecuatoriana.
Una política cultural necesaria y urgente
Los jóvenes escritores y lectores que participan en esta estrategia han expresado con entusiasmo que, con Luisa González, se puede recuperar la cultura, las artes y, sobre todo, la lectura.
Teniendo en cuenta que muchos de ellos son amantes de los libros pero carecen de recursos para adquirirlos, esta campaña se vuelve aún más relevante.
El mensaje es claro: «La cultura es paz y esperanza.»
En un país donde el acceso a la educación y la cultura ha sido limitado, iniciativas como esta pueden marcar una diferencia significativa, promoviendo la lectura y fomentando un entorno en el que la creatividad y el pensamiento crítico sean valorados.
La literatura está siendo la voz de una juventud que llama al cambio y a la acción a través de las páginas de un libro.
Con cada ejemplar entregado, se siembran las semillas de un diálogo profundo, que seguramente florecerá en el futuro inmediato de Ecuador.
Como bien dicen los participantes, “Compartimos libros y lecturas, no muñecos de cartón”, reafirmando una visión de campaña que prioriza el contenido sobre la forma, y que proyecta una esperanza renovada hacia un país que merece un espacio lleno de literatura, cultura y convivencia activa.