En un contexto de crisis energética, en medio de un grave estiaje y falta de inversión para atender la demanda eléctrica, la hidroelectricidad sigue siendo la columna vertebral de la matriz del Ecuador. Así lo enfatizó el ex secretario general de la OPEP y ex ministro de Energía, René Ortiz, en la revista Energy + (edición Diciembre 2024), quien destacó que el país cuenta con condiciones excepcionales que le permiten generar hasta un 60% (e incluso 70%) de su electricidad a través de fuentes hídricas en circunstancias normales.

“La hidroelectricidad es la energía más limpia que existe y el Ecuador es líder en su uso. Sin embargo, el resto de la demanda eléctrica debe cubrirse con energías térmicas o alternativas, lo cual no se ha hecho”, puntualizó Ortiz. El ex ministro agregó que si bien los estiajes –períodos de sequía que reducen el caudal de los ríos– son previsibles y manejables, los verdaderos problemas radican en la falta de inversión y financiamiento del Plan Maestro de Electrificación.

Este plan, que es de cumplimiento obligatorio, no ha recibido los recursos necesarios en los últimos siete años. La consecuencia: retrasos en proyectos y deficiencias en la operatividad del sistema eléctrico nacional.

Coca Codo Sinclair, el pilar del sistema

La central hidroeléctrica Coca Codo Sinclair, que aporta alrededor del 30% de la electricidad del país, es un claro ejemplo de la importancia de la hidroelectricidad para Ecuador. Sin embargo, esta gigantesca obra requiere un mantenimiento riguroso y constante. “Es responsabilidad de CELEC realizar los cuidados y operaciones necesarias, ya que piezas de tales dimensiones y especificidades deben ser enviadas a fabricar con anticipación”, afirmó Ortiz.

El mantenimiento adecuado de obras de esta magnitud es clave para garantizar la estabilidad del suministro eléctrico y evitar apagones o imprevistos que afecten a la población y la economía. En este sentido, la falta de financiamiento también ha golpeado la capacidad de respuesta y acción de las entidades responsables.

El potencial y los desafíos

Ecuador, con su topografía y recursos hídricos privilegiados, tiene un potencial extraordinario para liderar en generación de energía limpia. La hidroelectricidad no solo reduce la dependencia de combustibles fósiles y las emisiones de carbono, sino que además posiciona al país como referente global en energías renovables. No obstante, alcanzar ese liderazgo requiere voluntad política, financiamiento adecuado y una planificación técnica sostenida.

René Ortiz subrayó que la transición energética del país no puede detenerse y que es urgente retomar la ejecución del Plan Maestro. “Tenemos la capacidad de generar energía limpia y sustentable; debemos asegurar que los proyectos y el mantenimiento de nuestras centrales se cumplan”, concluyó.

En definitiva, la hidroelectricidad no solo ilumina al Ecuador, sino que también representa el camino hacia un futuro energéticamente sostenible. Pero ese camino exige inversión, compromiso y acción inmediata, a más de una visión de planificación a mediano y largo plazo.

FIN

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