El expresidente ecuatoriano Rafael Correa (2007-2017) apoyó, en diálogo con la Agencia Sputnik, el decreto de emergencia firmado por el actual mandatario Daniel Noboa para que las Fuerzas Armadas pudieran actuar ante la ola de violencia que se desató el 7 de enero en el país.

«Hemos dado todo el apoyo al decreto de emergencia para sacar a las calles a las Fuerzas Armadas (…) tiene todo nuestro apoyo, porque estos grupos delincuenciales, de delincuencia organizada, han declarado la guerra al Estado. El Estado debe responder con toda la fuerza legítima y debe prevalecer el Estado», afirmó el exmandatario.

Sin embargo, consideró que también se necesita retomar las políticas sociales que se impulsaron en sus dos períodos de Gobierno.

«Se requiere retomar el crecimiento económico para que los jóvenes desempleados, sin estudio no sean fácil presa del reclutamiento de estos grupos; se requiere retomar la institucionalidad del Estado para que no sea solo sacar las Fuerzas Armadas, si no tenemos un verdadero sistema de rehabilitación social, una policía que prevenga el crimen, Inteligencia del Estado, que anticipe el crimen; se requieren muchísimas más cosas y de eso no veo absolutamente nada», agregó.

Sostuvo que la situación que enfrenta Ecuador se debe a un debilitamiento del Estado ocurrido durante los últimos siete años a causa de «odio político» y «fundamentalismos ideológicos».

La situación de inseguridad que vive Ecuador desde hace al menos dos años se agudizó el 7 de enero tras conocerse la fuga de Adolfo Macías, alias Fito, considerado uno de los delincuentes más peligrosos del país, quien cumplía 34 años de cárcel en la Penitenciaría del Litoral, ubicada en la región sureste.

La fuga llevó a Noboa, quien asumió el 23 de noviembre, a decretar el estado de excepción en todo el país por un periodo de 60 días.

Luego del anuncio se registraron varios hechos violentos, como el secuestro de policías y la toma de rehenes en varios penales, así como amotinamientos de reclusos y la quema de autos y explosiones en las calles.

Tras un asalto armado a un canal de televisión de la ciudad de Guayaquil, Noboa decretó el «conflicto armado interno» en todo el país y designó como «organizaciones terroristas y actores no estatales beligerantes» a 22 grupos de crimen organizado.

En 2022, el informe «Personas Privadas de Libertad en Ecuador», realizado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, advertía sobre la «grave crisis penitenciaria» que había en el país, causada en gran parte por «el debilitamiento de la institucionalidad» y «el recorte del gasto público», que provocó «la precarización de recursos humanos y materiales, sumado a la expansión del fenómeno de la corrupción a todos los niveles».

Con más de 7.000 homicidios, el 2023 fue el año más violento de la historia de Ecuador, que registró una de las tasas de asesinatos más altas de América Latina.

Tan solo hace cuatro años, Ecuador era uno de los países más seguros de la región. 

Con información de Agencia Sputnik