Aunque los apagones han quedado atrás gracias al repunte de lluvias en los últimos meses, expertos alertan que ya es momento de prepararse para el próximo estiaje, que se prevé inicie entre agosto y septiembre.
Desde la segunda quincena de mayo, Ecuador ingresará en una fase de transición climática con menos lluvias, según el Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi), lo que podría poner nuevamente en riesgo la estabilidad del sistema eléctrico.
Actualmente, cerca del 90 % de la generación eléctrica proviene de fuentes hidroeléctricas. Solo este viernes, el aporte fue del 89 %, según datos en tiempo real del Operador Nacional de Electricidad (Cenace).
El resto proviene de fuentes no convencionales y termoeléctricas, entre las que se espera la incorporación de tres nuevas centrales: Esmeraldas III, Quevedo y El Salitral.
Estos proyectos fueron contratados en 2024 como parte del plan de emergencia para reforzar el Sistema Nacional Interconectado (SNI) tras la crisis eléctrica del año pasado.
Centrales aún sin operar
El profesor e investigador Manuel Álvarez, de la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol), señala que la central Esmeraldas III tiene un 90 % de avance y una capacidad instalada de 91 megavatios (MW), pero aún no entra en operación. Según el contrato, debía iniciar actividades en enero de 2025.
La Corporación Eléctrica del Ecuador (Celec) indicó el 30 de abril que la central no sufrió daños por el sismo del 25 de abril y que se avanza con el montaje de las unidades generadoras y el sistema de almacenamiento de combustible. En marzo se informó que las pruebas en la isla de generación 1, con 8 de los 16 motores, estaban previstas para el 8 de abril.
En cuanto a las centrales de Quevedo (50 MW) y El Salitral (100 MW), ambas están en fase de montaje. La empresa Progen informó que ya se instalaron 14 de los 20 generadores en Quevedo y los 6 restantes llegarían el 1 de mayo. En El Salitral, los 29 generadores están en proceso de instalación y el edificio que los albergará está casi completo.
Especialistas exhortan al Gobierno a acelerar estos trabajos para evitar una nueva crisis energética durante el estiaje, cuando la generación hidroeléctrica disminuye significativamente.
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