¿Qué resultados está dando la terapia de choque aplicada por el Gobierno de Javier Milei? El Ejecutivo aplaude sus logros, pero un análisis de los indicadores muestra que es demasiado pronto para cantar victoria.

«Lo peor pasó y ya estamos en franca recuperación. La velocidad de dicha recuperación depende de dos factores: de la aprobación de la ‘Ley Bases ‘ y, segundo, de que podamos convencer a la gente, la recuperación depende mucho más de ustedes, de lo que ustedes creen», afirmó recientemente el ministro de Economía argentino, Luis Caputo, en la apertura de un foro económico en Buenos Aires.

Mientras la Confederación General del Trabajo (CGT) hablaba de un «ajuste brutal» , el Gobierno de Javier Milei celebró sus primeros seis meses afirmando, por boca de su portavoz, Mario Adorni, que «los resultados han sido excelentes y absolutamente extraordinarios». Pero no todos los indicadores económicos  son positivos. El empleo baja, al igual que la producción industrial y la actividad de la construcción. La euforia oficialista se sustenta, básicamente, en la desaceleración inflacionaria y el superávit fiscal logrado.

¿Inflación bajo control?

En el mes de mayo, la inflación se cifró en un 4,2 por ciento, con una baja sostenida en los primeros meses del año, después de haber alcanzado un 25,5 por ciento en diciembre de 2023. ¿Qué tan sólida es la tendencia?

«Creo que no se puede decir aún que está logrando controlar la inflación, dado que la baja registrada estos últimos meses es en relación con un fuerte salto inflacionario producido por la devaluación decidida por el Gobierno en diciembre pasado. Hay bastante consenso sobre la necesidad y «Falta de alternativa a una devaluación, pero no hay consenso sobre si la magnitud fue la óptima», evalúa Franco Fugazza, economista argentino, experto en Regulación Económica.

A su juicio, «es necesario esperar varios meses más para poder llegar a alguna conclusión sobre el éxito en el combate a la inflación en el mediano plazo. La tasa de inflación mensual sigue siendo muy alta».

La presión inflacionaria no se ha esfumado. Pero el economista Sebastián Auguste, director del Centro de Investigación en Finanzas (CIF) de la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT), de Buenos Aires, explica así la tendencia actual: «El principal factor de inflación siempre termina siendo la emisión monetaria. Y en eso, el Gobierno ha mostrado una decisión muy fuerte de no usar al Banco Central como prestamista y eso se empieza a reflejar en la tasa de inflación”.

La motosierra y la licuadora de Milei

Controlar a toda costa el déficit fiscal era otro objetivo declarado del Gobierno. Y obtuve un superávit en el primer cuatrimestre. Sin embargo, hay dudas en cuanto a su sustentabilidad. «El superávit del sector público nacional, que es el que controla el Gobierno nacional de Milei, se ha logrado en gran medida vía licuación del poder adquisitivo de las jubilaciones y posponiendo pagos a empresas del sector eléctrico. Esta política no parece ser sustentable ni habría corregido los desbalances fiscales profundos que tiene Argentina», hace notar Franco Fugazza.

También Sebastián Auguste menciona, como uno de los factores, la «licuación» de algunos elementos del gasto público, como las jubilaciones. Con este término se alude en Argentina a un gasto que, aunque se mantiene en términos nominales, se reduce por efecto de la inflación.

Otro instrumento clave ha sido, a todas luces, la «motosierra» tantas veces mencionada por Milei. «En la medida en que el Gobierno no tenía herramientas para realizar una reforma estructural del Estado, lo que hizo -que es lo que podía hacer- fue reducir el gasto público donde pudo. Hubo una fuerte reducción de la obra pública», dice el Profesor de la UTDT. Y reconoce un aspecto problemático: «Claramente, se requiere inversión pública. Haber parado de invertir en carreteras, en puertos, no es bueno a largo plazo».

Por eso, considera importante que se apruebe la «Ley Bases», para hacer cambios estructurales y acabar con el déficit fiscal. «Eso le va a dar herramientas para poder hacer eso, y motorizar la inversión», dice, remarcando que, si se logra que la economía vuelva a crecer, se podrá lograr un superávit fiscal sustentable. «Por ahora, el que se ha logrado está entre algodones, es frágil».

Con información de Agencia DW