El 1 de octubre de 1949, bajo la guía de Mao Zedong, se proclamó la creación de la República Popular China, marcando el inicio de una nueva era para un país que, en ese entonces, enfrentaba desafíos abrumadores: pobreza extrema, una economía predominantemente agrícola y la ausencia de infraestructura moderna. Hoy, 75 años después, China celebra no solo la consolidación de su estatus como potencia global, sino también una transformación que ha impactado la vida de 1,400 millones de personas y redibujado el panorama económico, tecnológico y social del siglo XXI.

De la pobreza extrema a la prosperidad moderada
Uno de los logros más destacados de China en estos 75 años ha sido su capacidad para erradicar la pobreza extrema. A través de una combinación de reformas estructurales, políticas de desarrollo económico y programas sociales, el país ha logrado sacar a más de 800 millones de personas de la pobreza, según datos del Banco Mundial. Este éxito es aún más notable considerando que en 1981, casi el 90% de la población rural vivía en condiciones de pobreza.
El compromiso del gobierno chino con este objetivo se materializó en 2021, cuando el presidente Xi Jinping anunció que China había alcanzado el hito histórico de eliminar la pobreza extrema, garantizando que todos los ciudadanos tuvieran acceso a necesidades básicas como educación, vivienda y servicios médicos. Este avance es una muestra de cómo la combinación de un gobierno proactivo y una planificación a largo plazo puede cambiar la realidad de un país en un corto periodo.
La apertura económica y el auge de la segunda economía mundial
El despegue económico de China comenzó a gestarse a finales de la década de 1970 con las reformas y apertura impulsadas por Deng Xiaoping. La transición de una economía centralmente planificada a un modelo de mercado mixto permitió la atracción de inversión extranjera, el desarrollo de zonas económicas especiales y la creación de una sólida infraestructura industrial.
Hoy, China es la segunda economía más grande del mundo y se proyecta que pueda superar a Estados Unidos en términos de Producto Interno Bruto (PIB) en la próxima década. Este crecimiento no solo ha significado prosperidad para el país, sino que ha sido fundamental para el comercio global, ya que China se ha consolidado como el principal socio comercial de más de 130 países y ha extendido su influencia a través de iniciativas como la Franja y la Ruta, que busca conectar a Asia, Europa y América Latina mediante redes de infraestructura, comercio y cooperación.

Innovación y tecnología: De imitador a líder global
En el ámbito tecnológico, el ascenso de China ha sido vertiginoso. Durante muchos años, el país fue conocido por ser el “taller del mundo” y un imitador de productos y tecnologías extranjeras. Sin embargo, en los últimos 15 años, China ha pasado de ser un seguidor a un líder en sectores como la inteligencia artificial, la robótica, las telecomunicaciones y la tecnología espacial.
El caso de Huawei y su papel en el desarrollo de redes 5G es un ejemplo claro de cómo las empresas chinas han logrado una posición dominante en áreas estratégicas. Asimismo, compañías como Alibaba, Tencent y ByteDance han revolucionado el comercio electrónico, los medios digitales y el entretenimiento, demostrando la capacidad del país para innovar y competir con Silicon Valley.
En el campo espacial, la creación de la estación espacial Tiangong y la misión Chang’e-5, que trajo muestras de la Luna a la Tierra, consolidan a China como una potencia espacial con ambiciones de explorar Marte y más allá.
Gobernanza y estabilidad: La clave para el desarrollo sostenido
A lo largo de estos 75 años, China ha logrado mantener una estabilidad política que ha sido fundamental para su desarrollo económico y social. El país ha logrado trazar y cumplir una visión de largo plazo a través de sus Planes Quinquenales, que delinean las prioridades y objetivos en diversas áreas como el crecimiento económico, la protección ambiental y el desarrollo tecnológico.
El actual 14º Plan Quinquenal (2021-2025) prioriza la modernización industrial, la autosuficiencia tecnológica y la reducción de la desigualdad social. La reciente adhesión a objetivos de desarrollo sostenible y la búsqueda de la neutralidad de carbono para 2060 demuestran un compromiso con un modelo de crecimiento más inclusivo y respetuoso con el medio ambiente.
Un nuevo horizonte en las relaciones globales
El aniversario 75 de la República Popular China llega en un momento en el que el país se proyecta con fuerza en la escena internacional. Su relación con América Latina y el Caribe se ha fortalecido, con acuerdos de cooperación en sectores estratégicos como la infraestructura, la tecnología y el comercio de recursos naturales, especialmente litio y cobre. La Iniciativa de la Franja y la Ruta se ha convertido en el eje de esta relación, facilitando proyectos de infraestructura que buscan conectar la región con Asia y Europa.
En conclusión, la República Popular China celebra su 75º aniversario con un balance positivo de desarrollo económico y social, habiendo superado desafíos inmensos y posicionándose como un actor clave en el escenario global. El futuro de China sigue estando marcado por la búsqueda de la modernización, la innovación y el liderazgo en un mundo cada vez más interconectado. La gran pregunta para los próximos años será cómo esta potencia emergente gestionará sus crecientes responsabilidades y desafíos en un entorno geopolítico en constante cambio, en el que sus decisiones tendrán un impacto decisivo no solo en su propio destino, sino también en el del mundo entero.
Fuentes:
- Reducción de la pobreza: Según un informe del Banco Mundial, China ha logrado sacar a casi 800 millones de personas de la pobreza extrema en los últimos 40 años, lo que representa cerca de tres cuartas partes de la reducción de pobreza extrema a nivel global. Este logro se basa en un modelo de desarrollo que combinó la transformación económica a gran escala con políticas específicas para apoyar a las áreas más desfavorecidas del país(World Bank)(World Bank).
- Crecimiento económico: El crecimiento económico de China ha sido impulsado por su capacidad de modernizar su industria, desarrollar infraestructuras masivas y fomentar la urbanización, lo cual ha permitido un aumento sostenido en el PIB. Desde la implementación de las reformas económicas en 1978, China ha mantenido tasas de crecimiento promedio superiores al 8% anual durante tres décadas, consolidándose como la segunda economía más grande del mundo(World Bank).
- Desarrollo tecnológico: El auge tecnológico de China se ha caracterizado por su transición de ser un seguidor a un líder en sectores clave como la inteligencia artificial, las telecomunicaciones y la tecnología espacial. Compañías como Huawei han liderado la carrera por el desarrollo de redes 5G a nivel mundial, y la construcción de la estación espacial Tiangong marca un hito en la ambición espacial del país(World Bank Open Knowledge).
Para más detalles sobre los logros de China en la reducción de la pobreza y su impacto económico y social, puedes consultar el informe completo “Four Decades of Poverty Reduction in China: Drivers, Insights for the World, and the Way Ahead” elaborado por el Banco Mundial y el Centro de Investigación para el Desarrollo del Consejo de Estado de China(World Bank Open Knowledge)
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