El presidente Daniel Noboa volvió a modificar su discurso sobre la instalación de bases militares extranjeras en el país, un tema que ha generado polémica nacional e internacional.

Apenas un día después de afirmar que la base se ubicaría en Baltra, en las islas Galápagos, “especialmente para enfrentar la pesca ilegal china”, el mandatario rectificó sus declaraciones y aseguró que no se construirá ninguna base en Galápagos, sino que las opciones ahora son Manta o Salinas.

Durante una entrevista con Teleamazonas, Noboa explicó que se ha descartado la posibilidad de instalar una base del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos (DHS) en Baltra “para evitar que los opositores digan que se quiere afectar los ecosistemas de las islas”.

“Baltra funciona más para el control de la pesca ilegal”, admitió el presidente, quien agregó que Manta y Salinas serían mejores locaciones porque permitirían priorizar el combate al tráfico ilegal de armas, combustibles y drogas.

La nueva posición del presidente contrasta con sus declaraciones previas, en las que justificaba la presencia de una base estadounidense en Galápagos como una medida para controlar la «pesca ilegal de China«. El cambio de narrativa se produce en medio de la polémica por la pregunta de la consulta popular del 16 de noviembre, que busca eliminar la prohibición constitucional de establecer bases militares extranjeras en territorio ecuatoriano.

Noboa también anunció que mantiene conversaciones con el Gobierno de Brasil para instalar una base conjunta para una Policía Amazónica, posiblemente en Sucumbíos u Orellana, enfocada en seguridad ambiental y fronteriza.

El presidente adelantó además que la visita de Kristi Noem, secretaria de Seguridad Nacional de Estados Unidos, prevista para el 5 y 6 de noviembre, servirá para avanzar en los diálogos bilaterales sobre seguridad.

Sin embargo, el giro en su discurso deja al descubierto la improvisación y falta de coherencia en la política de defensa del actual gobierno. Noboa busca convencer al electorado de votar “Sí” en la consulta popular, pero sus declaraciones contradictorias han sembrado más dudas que certezas sobre los verdaderos alcances del acuerdo militar con Estados Unidos y la transparencia de sus intenciones.

FIN

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