
Quito, 22 abril de 2025. La elección presidencial de Ecuador en 2025, que concluyó con una victoria clara de Daniel Noboa con una ventaja de 11,3 puntos, presenta datos inusuales que llaman la atención de analistas electorales y académicos de la región. Así lo advierte el profesor Francisco Rodríguez, experto en asuntos públicos e internacionales en la Universidad de Denver, en un análisis comparativo de los resultados electorales de segunda vuelta en América Latina.
Francisco Rodríguez, quien ocupa la cátedra Rice Family en la Escuela Josef Korbel de Estudios Internacionales y es autor del libro The Collapse of Venezuela, destaca que el incremento de votos a favor de Noboa entre la primera y segunda ronda equivale al 110,4 % de los votos obtenidos por candidatos de terceros partidos, el doble del promedio regional de 54,8 %.
“El caso de Ecuador se posiciona como un claro valor atípico en la región. La magnitud del aumento en votos no encuentra precedentes similares, salvo en Haití 2010/2011, una elección altamente cuestionada por posibles fraudes”, señala el académico.
A diferencia de otros comicios donde el aumento del voto en segunda vuelta fue impulsado por factores conocidos —como en Perú 2016, con el fenómeno antifujimorista que benefició a Pedro Pablo Kuczynski, en Ecuador tanto las encuestas preelectorales como las de salida anticipaban una contienda reñida, lo cual no se reflejó en los resultados finales.
El análisis descarta también explicaciones como un bajo porcentaje de votos de terceros partidos o un aumento inusual de la participación en la segunda vuelta. “Los datos no respaldan esas hipótesis. La participación electoral no se desvió significativamente de la norma regional”, aclara Rodríguez.
El autor subraya que las anomalías estadísticas deben ser objeto de escrutinio. “Las irregularidades no prueban, por sí solas, la existencia de un acto indebido, pero sí justifican una investigación seria para comprender lo que ocurrió”, sostiene.
Entre las posibles explicaciones que han circulado en el país figuran presuntas operaciones de compra masiva de votos y el uso intensivo de decretos de emergencia en el periodo previo a los comicios. “Estas son hipótesis que deben ser evaluadas rigurosamente”, concluye.
El resultado de la elección ecuatoriana, advierte, “no debe tratarse como un caso más dentro del comportamiento electoral latinoamericano. Es una desviación que amerita atención por parte de todos quienes valoran la integridad de los procesos democráticos”.
FIN