Ecuador enfrenta hoy uno de los mayores problemas de violencia e inseguridad de su historia, con la declaración de un «conflicto armado interno» que llevó a las Fuerzas Armadas a militarizar las calles del país.

Récord de muertes violentas, extorsiones, cárteles de la droga y casos escandalosos de corrupción en el Estado, son solo algunos de los temas que muestran la grave crisis que vive el país.

Lo que más ha acaparado la atención de varios expertos es, ¿cómo uno de los países que hace siete años se consideraba el segundo más seguro de Latinoamérica pasó a convertirse en el más peligroso de la región?

Los datos del Índice Global de Criminalidad Organizada 2023 lo ubican ya como el undécimo país más peligroso del mundo, con un puntaje de criminalidad de 7,07, por encima de Siria y Honduras.

Actualmente, el país está bajo un estado de excepción y el Gobierno ha declarado una guerra contra las bandas del crimen organizado, cuyos integrantes ya son reconocidos por el Estado ecuatoriano como «terroristas».

INICIOS DEL CAOS

Para el analista Mauro Andino, catedrático de la Universidad Politécnica Salesiana del Ecuador, el problema de la inseguridad en Ecuador tiene causas estructurales y se ha ido agudizando con el paso de los años.

Entre las aristas que el experto señala como causa de la problemática, se encuentra el desmantelamiento del Estado, «es decir, reducir las capacidades institucionales del Estado a nivel de intervención en materia de política social, garantizar derechos, educación, salud, empleo y salario digno.»

«Desde el campo social esta es la raíz del problema para que hoy tengamos tales niveles de criminalidad e inseguridad, porque la delincuencia no aparece de la noche a la mañana, no es un tema biológico, sino que tiene una raíz político-social», subrayó Andino a la Agencia Sputnik.

Como otro componente del desmantelamiento del Estado, el analista señaló la reducción de las capacidades estatales en materia de prevención y persecución del delito.

Por su parte, el periodista y conflictólogo ecuatoriano Francisco Palma resaltó la grave crisis de las cárceles que vive el país, que son en su mayoría controladas por el crimen organizado.

El especialista señaló a esta agencia que, en poco tiempo, Ecuador pasó de ser un país con bajos niveles de violencia dentro de sus cárceles a tener uno de los peores de América Latina.

«La primera ola de violencia y amotinamientos (carcelarios) se llevó a cabo el 23 de febrero de 2021, sin contar que desde el 2018 se venían registrando masacres a lo largo de los centros carcelarios y que el Estado hizo caso omiso a lo que venía sucediendo», enfatizó Palma.

Aseguró que la crisis de las cárceles y lo que sucede fuera de ellas son hechos que se siguen repitiendo como un fenómeno radical no desde ahora, sino desde hace más de dos años.

NARCOESTADO

A finales del año pasado, la Fiscalía de Ecuador sacó a la luz el caso Metástasis, donde fueron implicadas 31 personas, entre ellas jueces, fiscales, policías y un general en servicio pasivo, por participar en una red de corrupción vinculada al narcotráfico. 

Según el analista Mauro Andino, Ecuador está en los niveles en que un país se considera un narcoestado debido a que la estructura institucional está infectada. 

«No digo que todas las instituciones estén absolutamente cooptadas por el narcotráfico o el crimen organizado, pero en mayor o menor medida, sí», precisó Andino.

Como ejemplo, el experto recordó que el Gobierno del expresidente Guillermo Lasso (2021-2023) tuvo problemas con actores vinculados al narcotráfico, que actualmente están siendo investigados.

CONFLICTO ARMADO INTERNO

El pasado 9 de enero, el presidente de Ecuador, Daniel Noboa, declaró el «conflicto armado interno» y designó como «organizaciones terroristas» a varios grupos del crimen organizado.

La decisión se llevó a cabo el mismo día en el que miembros de una banda criminal irrumpieron en las instalaciones de un canal de televisión público y tomaron como rehenes a varios trabajadores y periodistas del medio.

El analista Mauro Andino cree que este decreto fue acertado, pero considera que si solo se aplica la acción de sacar a los militares a las calles, se tendrá una especie de efecto placebo.

«Sin estrategia esto no va a funcionar, si es que esto no se lo ejecuta de manera integral, corremos el riesgo de tener un conflicto de alta intensidad que podría durar no solo años, sino décadas», indicó el experto.

Subrayó que, si no se recupera el control de las cárceles, se terminarán engrosando las filas y las milicias de los líderes del narcotráfico y de las bandas criminales.

Hasta el momento, se han realizado diversos operativos a lo largo del país, encarcelando a miembros y cabecillas de bandas criminales, sin embargo, Ecuador enfrenta otros tipos de problemas, como el económico, por lo que será fundamental lograr una unidad política y social que le permitan seguir respirando. 

Con información de Agencia Sputnik