En un conversatorio realizado la tarde de este jueves 16 de mayo de 2024 en el salón José Mejía Lequerica de la Asamblea Nacional del Ecuador, el embajador de la República Popular China en Ecuador, Chen Guoyou, expresó su agradecimiento al Estado ecuatoriano por su reconocimiento al principio de «una sola China».
Dicho señalamiento, que respalda la soberanía del gigante asiático sobre la isla de Taiwán, significa un “pilar fundamental” en las relaciones diplomáticas entre ambos países, aseveró Guoyou.
Contexto histórico
El diplomático chino inició su intervención destacando la importancia histórica y legal sobre la cuestión de Taiwán. Recordó que desde el siglo X, los gobiernos centrales de las dinastías Song y Yuan comenzaron a ejercer jurisdicción administrativa sobre la isla. En 1895, tras la solicitud de paz por parte de China durante la Primera Guerra Sino-Japonesa, Taiwán fue cedida a Japón. Sin embargo, con la derrota de Japón en la Segunda Guerra Mundial en 1945, Taiwán fue devuelta a China.
La proclamación de la República Popular China en 1949 y el establecimiento del gobierno de la República de China en Taiwán crearon una situación de “tensión y disputa”, explicó el Embajador. En 1971, la Resolución 2758 de la Asamblea General de las Naciones Unidas reconoció al gobierno de la República Popular China como el único representante legítimo de China, expulsando a los representantes de Taiwán. Desde entonces, la comunidad internacional, incluida la ONU, ha mantenido el principio de «una sola China».
En otros ejes temáticos, Guoyou también resaltó el papel geopolítico de Estados Unidos en la cuestión de Taiwán. A través de comunicados conjuntos entre China y Estados Unidos, el país norteamericano ha reconocido al Estado de la República Popular China como el único legítimo sobre China y reconoció que Taiwán es parte de China. No obstante, Guoyou subrayó que Estados Unidos “ha continuado violando este principio” al interferir en los asuntos internos de China y obstaculizar la reunificación pacífica.
«Estados Unidos ha distorsionado y socavado la Resolución 2758 de la Asamblea General de las Naciones Unidas, buscando utilizar a Taiwán como una herramienta geopolítica para contener a China. Estas acciones violan el derecho internacional y desafían abiertamente el orden internacional basado en las normas de la ONU», afirmó el embajador.

Intervención de asambleístas
Esther Cuesta, asambleísta representante por Europa, Asia y Oceanía, intervino en el conversatorio. Cuesta consultó al embajador Guoyou sobre las funciones de la actual Oficina Comercial de Taipei existente en Ecuador.
“Los representantes de esta oficina no son diplomáticos, son representantes no oficiales. La ciudadanía ecuatoriana puede hacer negocios o cooperaciones culturales con la parte de Taiwán pero no puede haber ningún contacto oficial o estatal, de ninguna manera”, afirmó el alto representate chino.
El Embajador también recibió una pregunta por parte de Pedro Velasco, asambleísta por la provincia de Carchi, quien señaló su incertidumbre sobre el rol de las autoridades internas de la isla de Taiwán.
A pesar de la existencia del Partido Democrático Progresista de Taiwán, cuyos integrantes no reconocen a China como nación unificada, “el Gobierno de mi país solo reconoce a Taiwán con sus autoridades locales (…) nuestro Gobierno garantiza que esos funcionarios de Taiwán puedan comunicarse, trabajar y participar en reuniones nacionales o internacionales , aunque solo como técnicos”, dijo el Embajador.
Como parte de su conclusión, Guoyou enfatizó el compromiso de su país con la reunificación pacífica de Taiwán. «Lograr la reunificación de la patria por medios pacíficos es lo mejor para toda la nación china, incluidos nuestros compatriotas en Taiwán. Perseveramos en la lucha por una unificación pacífica, reflejando nuestro aprecio por la justicia y el bienestar de nuestros compatriotas».
La República Popular China considera a Taiwán una provincia que debe volver al control del territorio continental. Por otro lado, autoridades internas taiwanesas no reconocen oficialmente a la República Popular China. Esto se debe a una compleja historia compartida entre ambos territorios.
El principio de “una sola China” sostiene que la China continental y Taiwán son uno solo y la soberanía no puede dividirse. Sin embargo, desde principios del siglo XXI dirigentes separatistas de Taiwán comenzaron a cuestionar este concepto debido a sus preocupaciones sobre posibles impactos negativos en el perfil de la isla en el escenario internacional.
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