Carlos Vega tenía 19 años y recibió cuatro disparos por parte de militares. La familia asegura que no es terrorista y que solo se trasladaba en un vehículo con su primo para vender un perro.

A un mes y medio de la declaratoria de estado de excepción y conflicto armado interno en Ecuador, una familia ha denunciado que la muerte de uno de sus miembros es una ejecución extrajudicial. Se trata del joven Carlos Javier Vega Ipanaque, de 19 años, que murió luego de que efectivos militares propinaran disparos que afectaron a sus órganos vitales. La tragedia sucedió en Guayaquil cuando Carlos y su primo, que también resultó herido, se movilizaban en un auto para vender un perro.

El viernes 2 de febrero de 2024, Carlos Vega junto a su primo Eduardo Velasco tenían planes de vender un perro cerca a la Universidad Politécnica Salesiana. Según contó Gloria Bone, tía de los jóvenes, al Comité Permanente de Defensa de Derechos Humanos de Guayaquil, el incidente ocurrió alrededor de las 11:10 a.m.

Eduardo conducía y Carlos estaba en el asiento del copiloto cuando se encontraron con un control militar en Caraguay. Como querían avanzar, Eduardo salió del vehículo para hablar con uno de los militares y explicarles que necesitaban pasar porque iban hacia la universidad, que estaba a unos cinco minutos de distancia. Sin embargo, la situación se volvió tensa cuando los militares les negaron el acceso.

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