La militancia de la Revolución Ciudadana (RC5) y su líder, el expresidente Rafael Correa, son víctimas de una desmedida persecución política sin precedentes en el Ecuador y Latinoamérica a través del lawfare.
Así lo ha considerado el propio Correa en una entrevista que ofreció al politólogo y presentador de televisión español, Pablo Iglesias, en la que enfatizó que esta persecución ha encontrado su punto de apoyo en la guerra jurídica.
Resaltó que, a través de este mecanismo, se le mantiene abierto un proceso en Ecuador por supuestamente liderar un esquema de corrupción durante su Gobierno (2007-2017), el cual manejaba, según la causa sesgada, mediante influjo psíquico.
“Yo tengo 55 indagaciones penales. He sido condenado en un caso con 18 personas más, empresarios que ni conozco, por supuestos sobornos. Señalan que dirigí a una organización dedicada a los sobornos, pero la dirigía por medio de influjo psíquico”, detalló el ex jefe de Estado ecuatoriano.
Destacó que la persecución política de la derecha quedó tan en evidencia, de acuerdo con Correa, que el Gobierno de Bélgica determinó que no se le respetó el mínimo proceso y en consecuencia le otorgó asilo político a él y al exvicepresidente Jorge Glas, también víctima de lawfare.
La injusticia con Jorge Glas
Correa mencionó también, como muestra de la guerra jurídica contra la RC5, la encarcelación, sin ningún tipo de pruebas, del exvicepresidente ecuatoriano Jorge Glas, a quien se le reabrió ilegalmente un proceso legal por un caso que ya había sido desestimado por la Justicia ecuatoriana.
«Hemos sido víctimas de la más brutal persecución de los tiempos modernos en Ecuador al menos, pero yo diría en América Latina, el famoso lawfare, la guerra jurídica (…) El vicepresidente de la República sin ninguna prueba, está enterrado en una prisión de máxima seguridad, la más segura del país (…) Si se supone que es un corrupto. ¿Por qué lo tiene en una cárcel de máxima seguridad?”, señaló.
Explicó que el proceso contra Glas se fundamente en casos inventados, siendo el último el refrente a la reconstrucción luego de un terremoto que hubo en Manabí, reactivado por la Fiscal General, Diana Salazar, “para perseguirlo, porque el sistema judicial político reactivó ese caso en 2018”.
Insistió en que Glas es mantenido en prisión por “un caso cantinflesco, que no sería delito en ninguna parte del mundo”.
Consideró que las condiciones en las que permanece Glas en la cárcel califican como tortura, ya que sólo una persona puede visitarlo una vez al mes a consecuencia del estado de excepción vigente en Ecuador.