Así se llama. El siniestro politiquero, oscuro y servil personaje que hipotecó la salud y la vida de 7. 280.538 afiliados al IESS. El estudio actuarial del Seguro de Invalidez, Vejez y Muerte del Seguro General Obligatorio con corte al 31 de diciembre de 2018, en cada una de sus 255 páginas lo señalan como el más nefasto e incompetente presidente del Directorio del Seguro Social: único responsable de su quiebra.
Pese a que el presidente Moreno ingenuamente, ya destituido lo defendió en el balcón de Carondelet porque duplicó la nomina de burócratas de 20 a 40 mil, argumentando que lo conocía desde joven. Pasó por varios ministerios y recaló como presidente del IESS. Al que destruyó con mega préstamos, mega hospitales y mega negociados y deudas con chinos y españoles. Extranjerizó la atención médica e implantó un modelo de cobertura para pobres, sin estándares ni criterios de calidad.
Su sueño era ser alcalde de Quito y para ello sus asesores más íntimos crearon el movimiento “Cambio (de)Generacional” que (de)generaba claro, el cobro de diezmos directamente del rol de pagos hacia sus cuentas personales. Y según estos pícaros, eran aportes voluntarios. La Contraloría: bien gracias. Ellos indemnes.
Este demagogo sin vergüenza, fue premiado por su negligencia y ahora nos representa a los ecuatorianos como esposo diplomático de la Cónsul en Canadá, en donde disfruta plácidamente su jubilación anticipada. Autor de la Resolución que ordenó la transferencia de millones de dólares -que eran para pagar pensiones-, hacia el Seguro de Salud y solo enriquecer prestadores externos. Irresponsable no previó el daño, o sí. Con el argumento que el Gobierno no tenía por qué aportar con el 40% a las pensiones jubilares, también lo cortó de raíz, asestando un golpe mortal a miles de pobres viejos.
Este señor que arruinó la familia y la vida de muchas generaciones, tiene que venir a responder ante las instituciones de control y justicia por sus actos dolosos por acción y por omisión. Ante los afiliados no tiene perdón alguno. (O)
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