AP: reconciliación y unidad por la Revolución Ciudadana (O) Leonardo Vicuña

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La situación de AP es delicada. Se cometieron errores en forma reiterada. Las diferencias entre líderes y dirigentes se hicieron públicas y esto las agravó. La prensa mercantil y la derecha, así como sectores políticos interesados, infiltrados y oportunistas, aprovecharon para crear condiciones de mayor conflicto.

AP que, como sabemos, ganó a toda la oposición unida, alentada por la bancocracia, poderosos medios de prensa, algunos desleales y traidores dirigentes indígenas y sindicalistas; pseudoizquierdistas y desertores de la Revolución Ciudadana. Sus bases están desconcertadas, confundidas, a la expectativa, anhelan una solución de reencuentro, unidad y reclaman su reestructuración organizativa y adecuada participación en la organización y quehaceres del Gobierno.

También hay desconcierto en las fuerzas progresistas de América Latina y el Caribe y de todas partes, que aplaudieron el triunfo de Lenín Moreno-Jorge Glas, que lo recibieron como un gran estímulo para sus luchas, en el marco de la arremetida conservadora-neoliberal que han venido soportando, que conspira y ha provocado golpes de Estado, como en Brasil, y presiona violentamente, con el apoyo del poder imperial y sus recursos financieros, ONG, CIA, y hasta amenaza, como a Venezuela, con una invasión militar, para liquidar el gobierno legítimo, que cuenta con gran apoyo popular y la solidaridad internacional, lo que ha frenado la criminal intentona.

Las bases de AP y simpatizantes buscan cohesión y unidad, reclaman diálogos a lo interior, exigen en todos los tonos que bajen las tensiones, que haya ajustes democráticos en su organización y gestión política; que se refuercen las alianzas y cogestionen con los movimientos políticos y sociales fraternos que apoyan la RC, como los del Frente Unidos, que debe ser ampliado, fortalecido y bien tomado en cuenta, con base en el reciente diálogo con el Gobierno.

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Las bases coinciden en la necesidad histórica de defender lo ganado en la década dirigida por Rafael Correa-Lenín Moreno (6 años) y Rafael Correa-Jorge Glas (4 años) y dispuestas están, reconociendo que es legítimo que Lenín Moreno, presidente de AP, organice su gobierno, que es el de AP, con su equipo y formas de comunicación, en el marco de la ideología, principios y objetivos de AP y la RC; de la Agenda de Gobierno, frente a la coyuntura adversa, provocada por la baja sensible del precio del petróleo; y a colaborar para que se desarrollen los diálogos, para que mejore la gobernabilidad y se creen condiciones para lograr acuerdos a fin de superar el duro momento, sin afectar a la población pobre, y menos retomar, como presiona la oposición, prácticas neoliberales de la partidocracia alineada con el FMI, para recuperar preservar o ampliar sus intereses y sectarias posiciones.

Apoyan la lucha contra la corrupción, históricamente alimentada desde la derecha; de la cual, lamentablemente, la RC no escapó a pesar de los esfuerzos desplegados y la nueva institucionalidad creada. Esta no puede ser pretexto para que los enemigos de la RC y gente confundida busquen liquidar AP. Demandan que el equipo económico transparente cifras, políticas, medidas y resultados, sobre todo de los dos últimos años, para evitar erradas interpretaciones.

Las verdades históricas no pueden ocultarse ni tergiversarse. La democracia, libertad, ética y equidad; la justicia y solidaridad, demandan rectificaciones patrióticas, comprensión objetiva de las causas del conflicto y decisión de lucha redoblada y mayores esfuerzos por la unidad y continuidad revolucionarias. Todos debemos contribuir a este propósito, con creatividad, entregando esfuerzos adicionales para superar los conflictos. Los bolivarianos y alfaristas de la RC, ABA, cofundadora de AP, impulsora leal y consecuente, están en esta línea y reiteran su apoyo al Gobierno y la RC. (O)

Confirmado.net / El Telégrafo / LEONARDO VICUÑA IZQUIERDO

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