Una bendita caridad… Por Juan Cárdenas

Ilustración
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… para esa pobre ministra. Son tan recientes los hechos que no podemos olvidarlos, a riesgo de que vuelvan a vernos la cara. Primer acto: necesitamos recursos para afrontar la guerra armada interna, hay que hacer el sacrificio de aprobar el aumento de 3 puntos al IVA, qué más nos queda, todo por la Patria y por nuestra urgente seguridad. Segundo acto: requerimos para pagar los sueldos a la burocracia. Tercer acto: es para defender la dolarización. Cuarto acto: ahora sí la verdad, francamente es por imposición del FMI, como condición para darnos un nuevo préstamo de más de 4 mil millones de dólares; pero NO para inversión en obra pública como salud, educación, vialidad, vivienda, seguridad ciudadana. Nada de eso. Es para pagar deuda vieja con deuda nueva al mismo chulquero, digo al FMI. ¿Entendieron? Ni yo. Y aguátense que todavía falta el aumento del precio de los combustibles, la precarización laboral y el arbitraje internacional. No salíamos del asombro ante esta sarta de “no verdades”, cuando sale la ministra, (que nos aseguró que la delincuencia dizque ha bajado en un 99%), con la mano extendida a solicitar una bendita caridad a los ricos y profesionales de buena voluntad, (o sea casi nadie), para equipar a la fuerza pública que carece de todo, a cambio de compensaciones tributarias, ignorando que sólo la función Legislativa tiene la facultar constitucional de crear, condonar, compensar, reducir y eliminar impuestos. 

La vicepresidenta Abad no es santa de nuestra devoción. Es una libertaria extremista, enemiga del estado, fanática del neoliberalismo y de las privatizaciones, admiradora del fascismo más radical, tipo Vox y Milei. Pero vemos que es víctima de persecución. Y conste que fueron amigos; ahora se topó con un pésimo, pero pésimo enemigo. Le mandaron de pacificadora a la Franja de Gaza, le tapó la boca la Canciller, a su hijo le mandaron preso a La Roca por “oferta de tráfico de influencias”, una infracción no consumada. Salió con medidas alternativas y pagando fianza de 20 mil dólares; y la perseguida no cede, no mismo renuncia. Entonces bajan la siguiente cifra que es el Juan Esteban Guarderas para que, provisto de su odio visceral y ansias de figuración, prepare una denuncia al Contencioso Electoral, acusándola de haber hecho campaña antes de tiempo en su carrera a la Alcaldía de Cuenca en enero de 2023. Si le sancionan, se fregó la pobre, porque le condenarían a la cancelación de la inscripción de esa candidatura, en la que quedó sexta. Eso sería todo; porque el Guarderitas no podrá aspirar a que destituyan sólo a la vicepresidenta que corrió con el niño rico en la misma papeleta y los dos se beneficiaron de la propaganda anticipada, como se habría comprometido en sus frecuentes visitas a palacio, donde cunde la desesperación por deshacerse de la incómoda “binomio” y saben que no tienen los 92 votos en la Asamblea para su destitución, entonces habrían llegado al colmo de confiar en el impugnólogo únicamente por ser odiador. 

Se postergó el juicio político a la Fiscal en la Asamblea. Cada vez don Henry nos recuerda a la Llori en lo oficioso y servicial. Es que están persuadidos que administran su hacienda. Un detalle: el embarazo no es una enfermedad, es el maravilloso milagro de la vida. ¡He 

dicho! Y lo último: que el General Víctor Araúz es correísta, que la Vice es correísta, que la María P. Plomo es correísta. ¡Chuta!, cómo ha crecido la militancia. 

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Artículo firmado por Juan Cárdenas

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