No es usual que en Alemania se produzca una ola de masivas manifestaciones a lo largo y ancho del país, en las que la gente sale al mismo tiempo a la calle en diferentes ciudades. Desde Hamburgo, en el norte, hasta Múnich, en el sur, desde Cottbus, en el este, hasta Colonia, en el oeste: el rechazo al partido Alternativa para Alemania (AfD) y a su política de extrema derecha se extiende por toda Alemania.
Las protestas se desencadenaron tras revelaciones del medio de investigación Correctiv. En enero de 2024, Correctiv informó sobre un «plan secreto contra Alemania» de la extrema derecha. Según el informe, altos cargos del AfD se reunieron con ultraderechistas y empresarios para discutir la expulsión de millones de inmigrantes de Alemania, aunque estos tuvieran la ciudadanía alemana.
En vista de que se realizarán varias elecciones regionales en Alemania en este 2024, observadores políticos advierten de las consecuencias de una posible victoria electoral del AfD. Y es que Alternativa para Alemania tiene posibilidades de convertirse en la mayor fuerza política, especialmente en las elecciones regionales de Sajonia, Brandeburgo y Turingia.
Pero, ¿hasta dónde llega la resistencia contra las fantasías de deportación de la extrema derecha en la vida cotidiana en Alemania?
Beatrice Höllen es estudiante de Profesorado en Berlín y ya da clases como práctica en Berlín, en el este de la capital. Allí es donde el AfD goza de gran favoritismo. Höllen apoya las protestas. Pero también las ve con preocupación: «Hoy, los valientes están en la calle. Pero, ¿hasta cuándo?», plantea. Y cuenta que en su vida escolar cotidiana vive muchas experiencias negativas cuando se trata de temas como el extremismo de derecha o la misantropía.
Una y otra vez, los profesores experimentan una falta de apoyo por parte de las autoridades escolares en la lucha contra las ideas ultraderechistas. Sobre todo en las regiones donde el AfD se posiciona con fuerza, y especialmente en el este del país. Pero si los profesores no hacen algo en contra del discurso de extrema derecha, los alumnos «entonces escuchan a los ultraderechistas».
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