
La propuesta política de Luisa González, candidata presidencial por el movimiento de la Revolución Ciudadana, ha generado un notable interés y debate y uno de los aspectos más novedosos y recientes en su campaña es la inclusión de la seguridad privada en las líneas de acción del Plan Protege.
Este enfoque no solo busca reconocer la labor de más de 310 mil trabajadores en el sector, sino también abordar sus derechos laborales que han sido vulnerados durante años.
Un sector olvidado: la realidad de la seguridad privada en Ecuador
La industria de la seguridad privada en Ecuador está compuesta por más de dos mil empresas y cuenta con un personal significativo que se encarga de proteger bienes y personas en todo el país.
Sin embargo, este sector ha sido históricamente desatendido por las políticas gubernamentales.
En su encuentro con representantes de la Federación Nacional de Trabajadores de la Seguridad Privada del Ecuador (Fenaspe), Luisa González afirmó la necesidad urgente de atender a estas trabajadoras y trabajadores, quienes a menudo enfrentan condiciones precarias y falta de garantías laborales.
La candidata subrayó que «es una crueldad que más allá de lo que se debe, se les deje sin trabajo», reflejando su compromiso de dar voz a un sector crucial para la seguridad pública.
Esta realidad pone de manifiesto la importancia de incorporar al personal de seguridad privada en estrategias que busquen un desarrollo social y económico equitativo.
Garantías del respeto de derechos
La medida es una iniciativa que busca garantizar derechos laborales, mejorar las condiciones de trabajo y promover un entorno seguro para todos los ciudadanos ecuatorianos.
En este contexto, la incorporación de la seguridad privada en el Plan Protege es esencial, más allá de unir fuerzas en la ejecución de políticas estratégicas para recuperar la seguridad ciudadana en el Ecuador.
González explicó que su visión incluye sentarse a negociar un cronograma de pagos y establecer un diálogo constante entre el gobierno y los trabajadores del sector.
Además, la candidata enfatizó la importancia de crear un catálogo electrónico que facilitara la gestión de los derechos de los trabajadores.
«El Ministerio del Trabajo funcionará para garantizar los derechos de los ciudadanos», aseguró, añadiendo que es fundamental que este organismo supervise y ejecute las regulaciones necesarias para proteger a todos los trabajadores, incluyendo a los guardias privados.
Compromisos laborales: honrando deudas pendientes
Uno de los puntos clave en el discurso de Luisa González fue su promesa de honrar los compromisos y pasivos laborales con los trabajadores de la seguridad privada.
Este compromiso es vital en un sector que ha luchado por sus derechos durante años, enfrentando la incertidumbre laboral y la falta de prestaciones justas.
«Lo menos que merecemos después de tantos años de entregar nuestra fuerza de trabajo es una jubilación justa,» expresó González, reflejando la necesidad de reformar y fortalecer el sistema de pensiones para todos los trabajadores.
Este enfoque no solo busca ofrecer una solución inmediata a las preocupaciones de los guardias privados, sino que también pretende establecer un modelo sostenible que beneficie a las futuras generaciones en el sector.
El futuro de la seguridad privada en el país
Con su propuesta, Luisa González no solo pretende transformar la situación actual de la seguridad privada, sino también construir un Ecuador más justo e inclusivo.
Al hacer público su compromiso de incluir a los guardias civiles y privados en el Plan Protege, la candidata busca generar un sentido de esperanza y pertenencia en un sector que ha sido tan olvidado.
Esta iniciativa invita a todos los actores involucrados a colaborar y trabajar juntos, expidiendo la urgencia de reformas y nuevas políticas para la seguridad.
La propuesta de González se presenta como una oportunidad para cambiar la narrativa sobre la seguridad privada en Ecuador, permitiendo que se reconozca su papel fundamental en la sociedad.
La comunidad de seguridad privada en Ecuador ahora tiene la oportunidad de ser parte activa de un cambio que puede remodelar no solo su sector, sino también el país entero.