
La reciente jornada electoral en Ecuador ha dejado una fuerte controversia en el aire, especialmente después de que el movimiento de la Revolución Ciudadana (RC5) rechazo los resultados del balotaje presidencial.
La RC5 alega que se ha llevado a cabo un «fraude sistemático» en detrimento de su candidata, Luisa González, quien obtuvo un 44,35% de los votos, frente al 55,65% de su contrincante, Daniel Noboa, del movimiento ADN.

Denuncias de irregularidades electorales
En un comunicado oficial, la Revolución Ciudadana expuso múltiples irregularidades que, según ellos, alteraron los resultados electorales. Estos reclamos incluyen una serie de hechos que dejan entrever un patrón de manipulación y falta de transparencia:
- Reducción selectiva de votos: La organización afirma que miles de votos a favor de Luisa González desaparecieron injustificadamente durante el proceso de conteo. Por el contrario, los votos a favor de Noboa exhibieron incrementos que parecen estadísticamente imposibles.
- Manipulación de actas: La RC5 denunció que «decenas» de actas oficiales carecían de firmas y validez, y que estos documentos certificarían exclusivamente resultados favorables a Noboa, lo que suscita serias dudas sobre la legitimidad del proceso.
- Restricciones ilegales: Bajo la amenaza de multas que pueden alcanzar hasta 30.000 dólares, se prohibió el uso de teléfonos celulares en los recintos electorales, un acto que impidió la documentación visual del proceso y generó desconfianza.
- Interrupciones técnicas: Apagones inesperados y fallas en la transmisión electrónica en lugares clave del conteo también fueron reportados, eventos que facilitaron posibles alteraciones en los resultados.
- Intimidación militar: La presencia excesiva de fuerzas militares fue citada como un factor que obstaculizó la labor de observadores independientes y encuestadores, lo que podría haber influido en el desarrollo libre y justo del proceso electoral.

Reacción de la candidata Luisa González
Luisa González, en un discurso dirigido a sus seguidores en Quito, hizo un llamado a exigir la apertura de urnas y un recuento voto a voto.
Esta es la primera vez que la Revolución Ciudadana se niega a aceptar los resultados electorales, argumentando que no se puede permitir que se pisotee la voluntad popular.
Su firme postura refleja un deseo de garantizar la transparencia y justicia en este tipo de procesos democráticos.
González fue clara al señalar que las cifras oficiales contradicen al menos una decena de encuestas independientes y modelos estadísticos reconocidos mundialmente, lo que refuerza la situación de incertidumbre y desconfianza en los resultados anunciados por el Consejo Nacional Electoral (CNE).
Clamor por la intervención internacional
En su comunicado, la Revolución Ciudadana hizo un llamado extenso a la prensa libre, embajadas y a la comunidad internacional para que actúen urgentemente ante lo que consideran una grave violación de la democracia ecuatoriana.
Esta apelación no solo resalta la magnitud de las acusaciones, sino que también evidencia la necesidad de vigilancia externa para asegurar la integridad del proceso electoral.
La declaración anticipada de resultados favorables a Noboa por parte de la presidenta del CNE, antes de consolidar todos los datos, fue vista como un intento de manipular la percepción ciudadana, lo que añade un nivel adicional de sospecha al proceso realizado.
Un futuro incierto para la democracia ecuatoriana
Las acusaciones realizadas por la Revolución Ciudadana plantean serios interrogantes sobre la transparencia y equidad del sistema electoral en Ecuador.
A medida que el clamor por un recuento y la apertura de urnas se intensifica, es crucial que las instituciones pertinentes en el país, así como la comunidad internacional, presten atención a estas inquietudes.
Ante esta amenaza sin precedentes contra la democracia ecuatoriana, la Revolución Ciudadana subraya su compromiso con la transparencia electoral y con la defensa irrenunciable de la voluntad popular.
En un clima de creciente desconfianza, el sistema político de Ecuador se enfrentará a un camino complicado, donde la restauración de la credibilidad será esencial para el futuro de la democracia en el país.
Las próximas semanas serán decisivas para esclarecer estas denuncias y determinar el rumbo que tomará Ecuador en su búsqueda por una gobernanza justa y transparente.