El 17 de septiembre de 2023, publiqué mi artículo “El Ecuador y Haití: su Orden Jurídico”, en Confirmado.net, en el rememoré los tristes momentos que agobiaban a ese pueblo, en síntesis, afirmé: “Haití, país de El Caribe que comparte la Isla Española con la República Dominicana, se independizó de Francia, el primero de enero de 1804, luego de una prolongada y cruenta revuelta armada que se inició en 1791. Se debe destacar que muchas dictaduras, múltiples rebeliones y repugnantes e inescrupulosos políticos han llevado al país al caos progresivo. El asesinato del Presidente de Haití, Jovenel Moise, el 7 de julio de 2021, no sólo produjo la indignación de su pueblo sino en todo el concierto internacional. El magnicidio se produjo cuando faltaban 60 días, para las elecciones convocadas para elegir Presidente de la República y Miembros del Congreso Nacional. Importante rememorar que el Presidente Moise, pocos meses antes de su asesinato, denunció un plan para derrocarlo, en los siguientes términos: “Los oligarcas corruptos acostumbrados a controlar a los Presidentes, a los Ministros, al Parlamento y a la Función Judicial, piensan que pueden tomar la Presidencia, pero sólo hay un camino: las elecciones. Nuestras decisiones sientan mal a quienes se sienten poderosos e intocables. Un pequeño grupo de oligarcas están detrás del golpe y quieren apoderarse del país”. No se debe olvidar que el caos disolvente se activó, por obra de conspiradores nacionales e internacionales, cuando se depuso al respetable Presidente, Jean Bertrand Aristide, quien asumió el poder en 1990, luego de elecciones democráticas y transparentes y, fue depuesto, antes de cumplir un año en el ejercicio de su cargo”.

Hoy, marzo 2024, aparece la noticia de que se celebró en Jamaica la Cumbre Extraordinaria del CARICOM, la que abordó la grave situación en que se debate el pueblo de Haití. El presidente de la Comunidad del Caribe, Irfann Ali, Presidente de Guyana, informó a la prensa internacional que el Primer Ministro Ariel Henry dimitirá luego de que se establezca un Consejo Presidencial de transición y el nombramiento de un Primer Ministro.

Oportuno subrayar que el Primer Ministro Ariel Henry, que se posesionó de su cargo el 2022 y cuya dimisión exigen las bandas armadas como condición para detener la violencia, solicito el despliegue de fuerzas militares internacionales.  

Ante la citada solicitud, el 10 de octubre, el Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, propuso desplegar una fuerza de acción rápida.

El 29 de julio de 2023, el Gobierno de Kenia, con el grupo de naciones amigas de Haití, ofrece encabezar una fuerza internacional de paz.

Por lo expuesto, en octubre, el Consejo de Seguridad de la ONU, aprueba “desplegar una fuerza multinacional de asistencia a la Policía de Haití por un año, prorrogable”.

En el mismo mes, un grupo de expertos de la ONU acusa al ex Presidente Michel Martelly, entre otros, como financiador de bandas criminales para proteger sus bienes o conseguir votos.

El Presidente de Kenia, William Ruto y Ariel Henry, firman un documento por el cual se establece que 1000 policías kenianos saldrán para Haití. Despliegue que no tuvo lugar. Mientras tanto, bandas criminales asaltan la cárcel de Puerto Príncipe de la cual se fugan más de 4000 reclusos.

Ariel Henry, que se encuentra en San Juan Puerto Rico, el 5 de marzo, conoce la declaración del jefe de las bandas armadas Jimmy Chérizier, alias “barbecue”, en la cual consta “que si no dimite Henry el país se encamina a un genocidio”.

Ante lo previsto en la mentada CUMBRE EXTRAORDINARIA DE LA COMUNIDAD DEL CARIBE a la que asistió el Secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, las bandas armadas rechazan la intervención de fuerzas extranjeras en Haití y aseveran que “están lanzando una batalla para liberar al país de las garras de los políticos tradicionales y de los oligarcas corruptos” y piden a la comunidad internacional que “de una oportunidad a Haití de decidir quién los debe dirigir, qué forma de gobierno queremos y cómo vamos a sacar al país de la miseria. No tenemos miedo. Nadie puede asustarnos, haciéndonos creer que van a cazarnos en nuestro propio país. No estamos haciendo una revolución pacífica. Estamos haciendo una revolución sangrienta”.

Se infiere de lo expuesto, que el indómito pueblo de Haití, que se debate en la más absoluta miseria por obra de la clase política dominante no está dispuesto a que se le impongan autoridades que no reúnan las cualidades morales pertinentes.

Fundamental que las organizaciones internacionales intervengan para precautelar el Orden Jurídico. La intervención extemporánea corrompe, facilita la impunidad y produce el consiguiente rechazo de los pueblos. El aporte en dinero, según la costumbre, enriquece a los principales comprometidos en las conspiraciones y traiciones.

Todos deben rectificar.

Artículo firmado por el Dr. Fernando Borja Gallegos, exembajador en República Dominicana