Galápagos Guardians podría convertirse en el proyecto ambiental más emblemático del Ecuador y en el más grande del mundo. Su objetivo es reducir el 30% de la contaminación que llega a las islas Galápagos hasta el 2030, lo que llevaría al Ecuador a ser el primer país que logra reducir la curva de contaminación que llega a los océanos.

Este proyecto nació desde la concepción de la empresa Ichthion, creada por el investigador y científico Inty Grønneberg, en 2017, para diseñar proyectos tecnológicos que solucionen los temas medioambientales de países en desarrollo. 

Grønneberg quería generar un proyecto capaz de reducir la contaminación de los océanos. Para ello desarrolló una tecnología llamada Azure que atrapa los plásticos acumulados en los ríos, que es donde se produce entre el 60% al 80% de la contaminación que termina en los océanos.

Para generar Galápagos Guardians, Grønneberg y su equipo invirtió más de 7 años de estudios, fondos no reembolsables y premios en varias competencias. Al momento ya cuenta con cuatro sistemas Azure, instalados en el país, dos en Manabí, uno en río San Pedro, en Quito, y otro en el río Tajamar, en Tulcán.  Además, planean colocar dos más, uno en el río Guayllabamba (Quito) y otro en el río Guayas (Guayaquil).  

Investigador y científico Inty Grønneberg

¿Cómo trabaja el sistema Azure?

El sistema Azure tiene tres componentes, la primera parte son unos flotadores que aprovechan la propia corriente del río para desviar los desechos hacia un lado; la segunda parte es un mecanismo de extracción de todos esos desechos y la tercera parte es un mecanismo de inteligencia artificial que toma fotografías de lo que se extrae y puede reconocer lo que sale del río en tiempo real, lo que permite levantar datos y mapear las zonas de mayor contaminación.

Según el experto, en estos años de trabajo se han dado cuenta que hay dos orígenes de la basura que llega a las islas Galápagos: el río Guayllabamba y el Guayas.  El Guayllabamba porque recoge la basura de los ríos que salen de Quito: el San Pedro, el Monjas, el Pita, el Machángara, entre otros.  Y el Guayas, que tiene como afluentes al Daule y el Babahoyo.

“En las áreas costeras tenemos ya identificado los puntos de concentración de contaminación por donde sale la basura haciendo un análisis con imágenes del satélite Copérnico. Con eso también sabemos dónde vamos a hacer intervenciones y en función de esos datos trabajar con las comunidades, con empresas y con municipios”, destacó Grønneberg.

Todos pueden ser Guardianes de Galápagos

Desde la semana anterior empezó la campaña para captar la atención de empresas que quieran unirse a este proyecto. La idea es que 30 empresas se conviertan en partners de la causa, aportando entre 15.000 y 35.000 dólares anuales. De la misma manera, los ciudadanos pueden hacer aportes desde 1 dólar en la página galapagosguardians.org.

La ciudadanía también se puede unir al repensar sus hábitos de consumo. Desde cómo separan la basura, hasta las cosas que compran, porque todo eso tiene un efecto final en el medio ambiente.

“Todo nos sirve a nosotros y también pueden sumarse a nuestras mingas, pasar la voz, compartir este proyecto en redes sociales. La forma cómo vamos a lograr que esto sea posible es a través del apoyo de la ciudadanía y el apoyo de las empresas”, resaltó Grønneberg.

A la campaña se unió Enchufe TV, los creadores ecuatorianos con más éxito a escala mundial y también se están dando charlas en universidades para llegar a un público de todas las edades con el mensaje de que el Ecuador es el país más megadiverso por kilómetro cuadrado de la faz del planeta y hay que proteger esa biodiversidad.  

“Nosotros tenemos ese sueño de volvernos una causa nacional, que muchos jóvenes estén apoyando en la protección de nuestro entorno”, resaltó el investigador. 

Si es que no se empieza a proteger a las islas Galápagos del plástico podría ocurrir una desgracia como en Guatemala, donde reventó el relleno sanitario y causó una contaminación extrema en el el río, que ahora parece un botadero a cielo abierto.

Grønneberg considera que ya no estamos en ese punto en el cual se pensaba que la siguiente generación sería la que proteja el medioambiente, sino que es problema de todos y de ahora. “Si no se hace, yo no quiero ver qué pase, que nos comamos de una de las reservas más importantes del planeta (…) El tema ambiental se ha dejado de lado por muchísimo tiempo acá en el país y nos puede pasar factura si no actuamos hoy”. 

Confirmado.net