Quito, 18 de junio de 2025. El gobierno de Daniel Noboa ha asegurado que no habrá apagones eléctricos en Ecuador durante lo que resta de 2025, incluso en la época más crítica de estiaje. La vocera presidencial, Carolina Jaramillo, afirmó que se incorporarán 979,5 MW de generación firme hasta diciembre para sustentar esa promesa, destacando que la crisis energética quedó atrás. Sin embargo, voces expertas del sector energético coinciden en que esta garantía oficial no es técnicamente sustentable y que podría ser más una estrategia política que una realidad viable.

Iván Endara, ingeniero eléctrico, señaló que el sistema no está equilibrado y que probablemente se opte por cortar el suministro a industrias para evitar afectar a los hogares, lo cual generaría una falsa percepción de normalidad. “El cero apagones es técnicamente imposible”, sentenció.
Fernando Salinas, presidente del Foro Energético del Ecuador, fue enfático: “El anuncio oficial busca calmar a la ciudadanía, pero hay proyectos sin operar, como Progen o Austral, y restricciones técnicas no resueltas”. Salinas advierte que octubre y noviembre serán los meses más difíciles, debido a la sequía y la limitada disponibilidad de generación térmica.
Desde Cuenca, Diego Morales, del Colegio de Ingenieros Eléctricos del Azuay, expuso que el gobierno planea incorporar los 979 MW recién hacia fin de año, cuando el operador CENACE había alertado que debían estar listos antes de septiembre. Su diagnóstico es claro: “Es muy difícil garantizar que no habrá cortes de luz”.
Roberto Aspiazu, de la Cámara de Energía, recordó que proyectos eléctricos contratados en 2024 siguen sin entrar en operación, lo que pone en duda que ahora se logre sumar 1.000 MW en tan poco tiempo. Jorge Luis Hidalgo agregó que los anuncios oficiales contradicen las advertencias técnicas del propio CENACE y que los riesgos operativos siguen latentes.
Finalmente, el experto Gabriel Secaira valoró positivamente el cambio hacia generación a gas natural, pero señaló que esto solo funcionará si se consolida una importación masiva y a gran escala, lo cual todavía está en fase incipiente.
Aunque el gobierno busca transmitir confianza y estabilidad, el consenso técnico es claro: el sistema eléctrico nacional sigue frágil y el margen de error es estrecho. La promesa de “cero apagones” parece, por ahora, más política que real.
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