La crisis eléctrica de la que acabamos de salir no ha desaparecido. Los recientes cortes de luz no programados en las ciudades más importantes del Ecuador han puesto de manifiesto la vulnerabilidad del sistema eléctrico nacional que arrastra años de desatención y falta de inversión en obras que cubran el déficit, en permanente crecimiento.
Aunque el gobierno nacional anunció el fin de la temporada de apagones el pasado 23 de febrero de 2024, diversos problemas han vuelto a generar interrupciones en el suministro de energía. Según el viceministro de Energía, Ramiro Díaz, la salida de operación de varias centrales termoeléctricas a causa de mantenimiento y daños como el derrame del OCP en la cuenca oriental, han provocado esta situación.
Este escenario preocupa de cara al período de estiaje que enfrentará el Ecuador desde octubre hasta marzo en 2024, recordando las consecuencias que tuvo durante el último trimestre del 2023 en que la generación récord de la planta hidroeléctrica Coca Codo Sinclair mitigó significativamente el impacto de los apagones, evitando interrupciones prolongadas que podrían haber afectado gravemente al país.
La importancia de Coca Codo Sinclair durante el estiaje es innegable. Para nadie es desconocido que la central más grande del Ecuador impidió cortes eléctricos de mayor duración y demostró la potencia que tiene. Así lo reconocen acérrimos detractores de esta obra como el economista Walter Spurrier quien expresó su preocupación por la entrada en mantenimiento programada que recibirá Coca Codo Sinclair el próximo año.
El periodista Carlos Vera hizo lo propio al postear que justamente ante la posibilidad de generar graves consecuencias, el gobierno analizaría suspender el mantenimiento de la Fase 2 de Coca Codo Sinclair.
Evitar una mayor dependencia de las centrales termoeléctricas y una dotación estable de energía son otros de los beneficios de Coca Codo Sinclair que además reduce la contaminación, al evitar la emisión de gases de efecto invernadero.
La obra, construida por la empresa Sinohydro, con amplia experiencia en estas monumentales construcciones en el mundo, tiene una capacidad instalada de 1500 MW y fue diseñada para aprovechar el potencial hídrico de la cuenca oriental.
Para el próximo estiaje de este año, el operador nacional CENACE ha proyectado un déficit de 475 MW, similar al del año anterior. Frente a esta consideración, Spurrier destaca la necesidad urgente de inversiones tanto en el mantenimiento de las centrales existentes como en la construcción de nuevas plantas generadoras, lo que evitaría el riesgo permanente que sufre el país.
Para garantizar el suministro eléctrico es crucial que el gobierno invierta en infraestructura energética, en el mantenimiento adecuado de las centrales hidroeléctricas y termoeléctricas, y en la exploración de nuevas fuentes de energía y la implementación de medidas de eficiencia energética. Previsión e inversión serán las claves para la estabilidad eléctrica del país que genera desarrollo y permite las actividades normales de la población.
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