
De un tiempo a esta parte, las apuestas deportivas han dejado de ser un simple pasatiempo. Hoy, más que nunca, se han convertido en todo un fenómeno global, con el consiguiente impacto económico y social que supone para las regiones que las regularizan. En Ecuador, donde esta actividad sigue funcionando en gran medida fuera del marco legal, la regulación aparece como una oportunidad para aprovechar sus beneficios de manera responsable. Ahora bien, ¿cuáles serían esas ventajas y cómo afectarían a la sociedad en su conjunto? Eso es lo que trataremos de responder a lo largo de este artículo.
Impulso económico y generación de empleo
Uno de los beneficios más evidentes de regular las apuestas deportivas en Ecuador es la generación de ingresos fiscales. La implementación de un impuesto del 15% sobre los beneficios de las casas de apuestas, sean nacionales o internacionales, podría representar alrededor de diez millones de dólares anuales. Aunque esta cantidad equivale aproximadamente al 0,01% del PIB nacional, su recaudación sería positiva si se destina a sectores relacionados con la educación, la salud o las infraestructuras del país.

Además de los ingresos fiscales, la regulación podría impulsar la creación de empleos en diferentes niveles: atención al cliente, análisis de datos, restauración, etcétera. En países vecinos como Perú, la legalización de este sector ha dado lugar a cientos de puestos de trabajo directos e indirectos, un efecto que podría replicarse en Ecuador. Por otro lado, las inversiones de casas de apuestas internacionales traerían consigo un efecto multiplicador en la economía local, impulsando otros sectores como la tecnología, la publicidad y los eventos deportivos.
Protección del consumidor, un pilar fundamental
Uno de los riesgos más grandes del mercado no regulado es la falta de protección para los consumidores. Además de permitir identificar fácilmente las plataformas legales y seguras, la regulación establecería límites para prevenir el juego problemático. Esto incluiría restricciones en los depósitos, tiempo de juego y publicidad, ayudando a promover la importancia del juego responsable y reduciendo el riesgo de adicciones.
En Colombia, un país que lleva años liderando la regulación de las apuestas deportivas en la región, se han implementado protocolos de seguridad que aseguran un entorno más saludable para los usuarios. Ecuador podría adoptar medidas similares, generando un entorno en el que los jugadores puedan disfrutar del juego con confianza y sin caer en prácticas perjudiciales.
Mayor transparencia y competitividad regional
La regulación no solo fortalecería la economía y protegería a los usuarios, sino que también mejoraría la transparencia del sector. Un marco legal claro permitiría a las autoridades supervisar eficazmente las operaciones de las casas de apuestas, reduciendo el riesgo de fraudes y estafas. Del mismo modo, ayudaría a diferenciar entre los pronósticos deportivos legales y los juegos de azar prohibidos, garantizando que el mercado opere de manera justa.

Por otra parte, regular el sector posicionaría a Ecuador al nivel de países como Perú, Argentina y Colombia, que ya han establecido normativas efectivas. Estos países han fortalecido sus ligas deportivas locales gracias a los patrocinios provenientes de empresas de apuestas, dejando a un lado el aspecto recaudatorio.
Una oportunidad estratégica para el país
Más que capitalizar un sector en crecimiento, la regulación de las apuestas deportivas en Ecuador podría servir de ejemplo al resto de países para integrar normativas que fomenten su consumo de manera responsable y beneficiosa para todos. En este sentido, con un marco legal adecuado, el país podría aprovechar ingresos fiscales, crear empleo, proteger a los consumidores y mejorar su posicionamiento en la región.
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