La exministra de Energía, Andrea Arrobo, no comparecerá a defenderse ante el Pleno de la Asamblea Nacional en el marco del juicio político en su contra, previsto para el miércoles 4 de diciembre de 2024.

En una carta abierta al país, la exfuncionaria dice que no comparecerá para decir la verdad, no por falta de argumentos, sino porque teme «represalias devastadoras, teme por su vida y la de su familia».

Arrobo insiste en que informó al presidente Daniel Noboa sobre la gravedad de la crisis energética, que quiso alertar a la ciudadanía para que esté preparada y puedan controlar los racionamientos pero le impidieron hablar y cancelaron una rueda de prensa que había preparado.

«Si le enseño al país los chats entre el Presidente de la República y yo en los que le informo de la crisis energética; si les pruebo cómo insistí en hacerlo púbico para que la ciudadanía esté preparada y poder controlar los racionamientos; si la ciudadanía se da cuenta de que me prohibieron hablar y hasta me cancelaron la rueda de prensa que preparé , entonces mi vida y la de mi familia habrá acabado», dice en su carta.

Arrobo sostiene que jamás ocultó información, que por el contrario la entrego toda pero que una crisis eléctrica no era rentable para la consulta popular de abril de ese año y la callaron.

Asegura que es víctima de persecución política, de acoso y que se convirtió en un chivo expiatorio del gobierno.

Sostiene que desenmascarar las mentiras significaría para ella y su pequeño hijo, más de lo nadie puede imaginar.

«Exponer públicamente la verdad significaría su inmediata detención por parte de la Policia, que hoy no responde a la ley».

Denuncia que patrulleros policiales han acosado a su familia, que drones han sobrevolado su casa, cuestiona las actuaciones de la Fiscalía y puntualiza que «pudiendo humillar públicamente al Régimen, decido no hacerlo en el marco del juicio político».

Recuerda que enfrenta una acusación por paralización de servicio público y traición a la patria, mientras que otros exfuncionarios del sector energético no enfrentan las mismas consecuencias, por lo que es evidente que la denuncia en su contra tiene un objetivo político.

Arrobo destaca que han transcurrido ocho meses desde que fue denunciada por el presidente Noboa y el caso se encuentra atrapado en un limbo que solo ha servido para desgastar su salud física, emocional y financiera.

“Es difícil encontrar trabajo en un sector donde enfrentarse al Gobierno genera temor”.

Dijo que su comparecencia a la Asamblea solo serviría a intereses electorales y no a la justicia.

“No arriesgaré mi vida, mi libertad y la seguridad de mi familia para satisfacer intereses ajenos a las verdaderas necesidades del país”, afirmó tras indicar que su peor error fue haber servido al país desde la función pública, a la que jamás regresará.

«Un país que cede ante el autoritarismo, es un país sin retorno», concluyó.

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