La situación del exvicepresidente Jorge Glas ha encendido nuevas alarmas internacionales tras el testimonio de su abogada, Sonia Vera, quien publicó un estremecedor relato en X sobre el estado físico y mental en el que actualmente se encuentra su defendido. Según la jurista, lo que Glas atraviesa “no es una detención, es un escenario de deterioro acelerado, incompatible con la vida y con cualquier estándar mínimo de humanidad”.
En una reunión telemática sostenida recientemente, Vera asegura haber encontrado a Glas “extremadamente debilitado, angustiado y con una resignación que golpea”. Su diagnóstico, expresado con responsabilidad profesional, es claro:
Jorge Glas está en riesgo vital inmediato y debe ser hospitalizado de forma urgente.
Sin agua, sin luz natural y sin acceso a atención médica
El testimonio describe condiciones que, de confirmarse, configurarían trato cruel, inhumano y degradante. Entre ellas:
• No tiene agua para beber
Vera relata que Glas, con voz casi apagada, repetía:
“No tengo agua.”
Durante las noches, tampoco habría agua para el inodoro. La deshidratación sería ya evidente.
• Encierro total
Permanecería encerrado 24 horas al día, sin patio, sin caminar y sin recibir luz del sol. El aislamiento absoluto provoca un deterioro físico y psicológico acelerado.
• Luz blanca encendida día y noche
La celda no tendría luz natural. Una lámpara blanca permanece encendida permanentemente, impidiéndole dormir y generando desorientación.
• Condiciones indignas de descanso
Duerme sobre un colchón envuelto en plástico, sin sábanas, sin almohada y sin toalla. El material es caliente y antihigiénico.
• Ocho días con la misma ropa
No puede cambiarla ni lavarla, lo que incrementa riesgos sanitarios.
• Hambre y alimentación precaria
Sin economato ni autorizaciones, la alimentación sería mínima. Hasta ayer —según relata su abogada— comían con las manos. Hoy recibió por primera vez una cuchara de plástico.
• Celda compartida en condiciones insalubres
Comparte un espacio para cuatro personas con dos reclusos más, sin privacidad ni ventilación adecuada.
Polifarmacia, enfermedades preexistentes y ausencia total de atención médica
La denuncia incluye elementos especialmente graves:
- No hay policlínico, ni médico de planta, ni enfermería, ni ambulancia.
- La medicación que requiere se está acabando, sin reposición ni control.
- Estaría siendo sometido a polifarmacia extrema, con cambios de fármacos sin historia clínica ni supervisión.
- Para una persona con múltiples enfermedades preexistentes, esto implica riesgo cardíaco, neurológico y metabólico.
Vera advierte que no existe ningún tipo de protocolo médico y que cada día que pasa aumenta el daño irreversible.
“Estaba mejor en La Roca”: la frase que resume la gravedad
En un momento de la conversación, Glas dijo con la voz quebrada:
“Estaba mejor en La Roca.”
Para su abogada, esta afirmación sintetiza el nivel de crueldad de sus condiciones actuales. Pero luego añadió algo más grave aún:
“Estoy peor ahora… incluso después de la sentencia de la Corte IDH.”
Esto, señala Vera, implica un incumplimiento deliberado de una decisión internacional por parte del Estado ecuatoriano. Y desde el punto de vista humano, “significa que lo están castigando por resistir”.
Un llamado urgente a evitar un desenlace irreversible
Sonia Vera concluye su denuncia con una advertencia categórica:
“Afirmo con absoluta responsabilidad profesional: Jorge está en riesgo vital inmediato. Cada día adicional profundiza un daño que pronto será irreversible.”
La comunidad internacional y organizaciones de derechos humanos han sido mencionadas indirectamente en su mensaje, que funciona como un llamado desesperado para evitar un desenlace fatal. El silencio del Estado, ante acusaciones de esta magnitud, podría tener consecuencias jurídicas y humanitarias enormes. Fin
