El estiaje está por iniciar y la crisis energética persiste. Voluntad política y condiciones adecuadas podrían generar alternativas que eviten los nocivos apagones.
No solo es la falta de lluvias. El economista Walter Spurrier fue enfático al respecto la semana pasada: la crisis eléctrica tiene causas económicas en que la ausencia de inversión para mantener las obras y la imposibilidad de emprender en nuevas desde hace más de 7 años, han conducido al Ecuador al borde del abismo.
El incumplimiento recurrente del Plan Maestro de Electrificación responde a la contracción de recursos económicos y la trazabilidad es clara: mientras el Estado tuvo recursos (entre 2003 y 2016) hubo inversión en energía y obra pública.
Al caer los ingresos fiscales, ocurrió lo propio con la inversión. Así ratifica Alberto Acosta Burneo, también del Grupo Spurrier, al decir que la apertura al sector privado debe darse.
Sobre el tema, el consultor en energías, ingeniero Gabriel Secaira, señala que, ante el déficit de 1000 megavatios y la llegada del estiaje en septiembre, el gobierno ha presentado alternativas caras como la generación de la barcaza y otra para instalar en tierra que no sería inmediata. Podría ser también, indica el experto, que Colombia nos venda energía, pero el costo de su generación provocó que paguemos hasta 60 centavos el kilovatio/hora
Con este panorama, una importante alternativa es abrir posibilidades al sector privado, lo que no equivale a privatizar. El Ing. Secaira indica que la Constitución permite la intervención privada en caso de que el Estado no tenga recursos para implementar proyectos de abastecimiento de energía.
Y eso está en aplicación: en hidroeléctrica hay alrededor 300 megavatios que operan privados. Adicionalmente, en subasta existen unos 860 megavatios adjudicados a privados para ser instalados, pero la mayoría son solar y eólico, con un factor de planta muy bajo al generar cuando hay las condiciones de sol o de viento.
Para centrales en propiedad de CELEC, como el caso de la mayor del país, Coca Codo Sinclair, es factible delegar a un privado para que lo administre, opere y mantenga con recursos propios. “¡Qué mejor que al privado se le entregue esa administración que no significa privatizar nada! Significa que administre, opere y mantenga sus recursos y que las mejore obviamente”, manifiesta el experto de larga trayectoria en el sector energético.
Recordó que hace un par de años, Sinohydro, constructora de Coca Codo Sinclair, expresó su apertura a hacerse cargo. “Una cosa es lo que la empresa construyó, otros los problemas y la erosión regresiva que no forma parte del proyecto y que el Estado se está encargando de mitigar para que no siga subiendo la erosión hacia las obras de toma”, indica Secaira, quien recomienda revisar el mandato 15 aprobado en la Constituyente que no permite incorporar los costos de capital a la inversión realizada en la tarifa.
No es entonces un tema de privatización ni de que las obras en que han invertido el Estado se cedan ingenuamente a los privados. Es una decisión pragmática que libera al Estado de gastos que no puede hacer, como el mantenimiento y la mejora de las obras, con la afectación potencial a su capacidad y vida útil.
Confirmado.net