Ecuador enfrenta una crisis energética crítica, con un déficit de 1.080 megavatios, equivalente al 20% de su capacidad de generación. Esta situación se ha agravado por un fuerte estiaje, un aumento inesperado en la demanda y la falta de acción durante ocho años para incorporar nuevas fuentes de energía al sistema. Aunque las hidroeléctricas, especialmente Coca Codo Sinclair, han sido un baluarte en la generación de energía limpia y renovable, no existe una solución estructural para cerrar la brecha entre oferta y demanda.

Actualmente, las hidroeléctricas operan al máximo de su capacidad, aprovechando un invierno lluvioso. Sin embargo, este es un alivio temporal, ya que el ciclo climático anual traerá nuevamente la escasez de lluvias. La complementariedad del sistema ha permitido sinergias que benefician al país, pero la falta de cumplimiento del Plan Maestro de Electrificación durante casi una década ha dejado al sistema energético en una situación vulnerable.

Declaraciones oficiales vs. Realidad

El viceministro de Electricidad, Fabián Calero, ha asegurado que no habrá cortes de energía este año ni el próximo, destacando que se están sumando kilovatios al Sistema Nacional Interconectado. Sin embargo, proyectos clave como SalitralQuevedo y Esmeraldas aún no están operativos, y las barcazas arrendadas solo aportan 100 megavatios (una en operación) y 80 megavatios (en prueba), con una tercera sin fecha de llegada.

La brecha energética persiste, con un crecimiento anual del 4% en la demanda y proyectos que no alcanzan a revertir el déficit a mediano y largo plazo. Entre los proyectos en desarrollo se encuentran:

  • Salitral y Quevedo: Anunciados desde el inicio de la crisis, aún no funcionan.
  • Esmeraldas: Prometió 91 megavatios, pero sigue sin operar.
  • Proyectos de Progen: Con un avance del 75%, se espera que entren en funcionamiento en el primer cuatrimestre del año.
  • Barcazas: Solo una opera con 100 megavatios, otra está en prueba con 80, y la tercera no tiene fecha de llegada.

Futuro y energías alternativas

El viceministro ha mencionado proyectos de energía renovable no convencional e incluso la posibilidad de explorar la energía nuclear. Sin embargo, expertos advierten que estas soluciones requieren inversiones significativas y tiempos prolongados.

El futuro energético de Ecuador depende de decisiones estratégicas inmediatas y una diversificación eficiente de las fuentes de energía. La estabilidad del suministro y la sostenibilidad son clave para superar esta crisis y garantizar el desarrollo del país, apoyando la producción fundamental de hidroeléctricas como Coca Codo Sinclair.

FIN

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