El apagón nacional de ocho horas anunciado por el gobierno de Daniel Noboa, que tendrá lugar el 18 de septiembre, es un hecho inédito en la historia reciente de Ecuador. El gobierno ha justificado la medida como una acción preventiva para realizar el mantenimiento del sistema de transmisión y distribución eléctrica del país.
Aunque ya se han registrado apagones prolongados anteriormente, especialmente durante las sequías que afectaron la generación hidroeléctrica, un corte planificado de esta magnitud, a escala nacional, no tiene precedentes en términos de su duración y alcance simultáneo en todo el país
Esta medida ha generado preocupación, no solo por el impacto económico —con una pérdida estimada de 12 millones de dólares por cada hora sin electricidad— sino también por la falta de un plan de seguridad concreto para enfrentar las posibles consecuencias del apagón, como el aumento de la criminalidad en horas nocturnas.
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