Si hasta hace unos años hablar del Año Nuevo chino era extraño en nuestro país, actualmente es una celebración presente en el Ecuador, que evidencia que la cultura china tiene arraigada presencia con sus valores e historia.

A pesar de que en China rige el calendario gregoriano, la llegada del Año Nuevo se festeja en la cultura asiática con festividades que duran 15 días con diferentes eventos, entre ellos, la organización del Festival de los Faroles en honor a los antepasados. Terminan los festejos con la primera Luna Llena del año, en que comienza la Fiesta de la Primavera.

Un día antes del Año Nuevo es tradición barrer las casas y hacer limpiezas profundas que eliminen todo lo que ya no sirve para emprender en nuevos comienzos.

Como menú, son servidos los platillos de la suerte: fideos, que representan la longevidad; pescado, para atraer la abundancia, y albóndigas, como símbolo de riqueza.

La celebración se rige por el calendario lunar: marca su inicio y su final y está presente en decisiones personales como casarse, el inicio de un nuevo trabajo o cambiarse de casa.

La migración china en Ecuador se remonta a 1800 y procedió de Perú. Actualmente más de 70.000 personas la componen para consolidarse en una colonia activa en la vida nacional y de economía próspera.

 Las relaciones diplomáticas entre China y Ecuador iniciaron en 1980 y cumplirán 45 años en 2025. Desde entonces han fluido positivamente y se marcó un hito en esta semana con la ratificación del Tratado de Libre Comercio entre las dos naciones.

Empresas y emprendimientos chinos son actores de la economía nacional y destacan grandes corporaciones como por ejemplo Sinohydro, constructora de la central hidroeléctrica Coca Codo Sinclair, la mayor obra del Ecuador y la más grande central hidroeléctrica del país.

La presencia de esta obra emblemática, en operación desde hace más de siete años, ha repuntado en estos últimos meses por su impresionante rendimiento en medio de la crisis eléctrica.

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