Petroleras latinoamericanas asumen metas climáticas contradictorias

Plataforma petrolera frente a las costas de México. Imagen: BoH / Wikicommons
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MÉXICO – La reducción progresiva o la eliminación de los combustibles fósiles es una de las principales disputas que se vislumbran para la 28 Conferencia de las Partes (COP28) sobre cambio climático, que iniciará el 30 de noviembre en Dubái. Y si bien no es claro si se llegará a un acuerdo, definitivamente las corporaciones petroleras —y sus metas climáticas— serán protagonistas.

En este contexto, cabe preguntar: ¿con qué compromisos llegan las principales empresas de América Latina? Mientras Petróleo Brasileiro (Petrobras) y la colombiana Ecopetrol tienen metas de cero emisiones netas a 2050, Petróleos Mexicanos (Pemex) carece de ellas para esa reducción progresiva o eliminación, conocida en inglés como phase down o phase out.

Ahora bien, las dos primeras enfrentan retos, como el impacto ecológico de sus clientes, y sus medidas se caracterizan por contradicciones, según expertos consultados.

Joao Victor Marques, investigador de FGV Energía, de la no gubernamental Fundación Getulio Vargas, de Brasil, valora los resultados ambientales alcanzados en la última década, pero advierte de las vicisitudes futuras.

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“Es difícil decir que estas empresas están en ruta para cumplir sus metas en 2050, porque es un reto global. No veo una meta alcanzable para 2050, pero las intermedias son viables. La transición necesitará que los clientes la hagan con productos viables y asequibles, dependerá de cómo sus clientes la enfrentarán”, explica.

En 2021, Petrobras asumió la meta cero emisiones netas, que implica que las emisiones de gases de efecto invernadero (que generan el cambio climático) equivalen al mismo nivel que las neutralizadas o compensadas por diversos medios, para proyectos existentes y futuros.

Ese objetivo incluye la reducción de 30% de emisiones operativas en 2030, en relación con los niveles de 2015. Además, busca el alcance de 15 kilogramos de dióxido de carbono equivalente (CO2e) por barril de petróleo, el promedio mundial, en actividades exploratorias y productivas para 2025.

En refinación, plantea 36 kilogramos de CO2e, el gas generado por las actividades humanas, para 2025 y bajarlo a 30 kilogramos cinco años después.

Asimismo, asume una reducción de 55% de emanaciones de metano (un gas de efecto invernadero más potente que el CO2) en el ramo de exploración y extracción para 2025.

Entre 2015 y 2022, Petrobras acotó sus emisiones en 39 %, al bajar de 78 millones de toneladas de CO2 a 48 millones.

Respecto de las metas citadas, la plataforma internacional World Benchmark Alliance, que analiza planes empresariales de cero neto, alerta que la inversión en exploración y producción entre 2023 y 2027 equivale a 10 veces el desembolso para tecnologías de bajo carbono, por lo que rebasaría su presupuesto de carbono en más de 50% frente a la meta de 1,5°C para el período 2022-2050.

Un problema generalizado de las petroleras no solo radica en el achicamiento de las emisiones provenientes de su propia actividad, conocidas como de alcance 1, sino también las derivadas del uso de energía (A2) y las de sus clientes, por el consumo de sus productos (A3), según el estándar del Protocolo de Gases Efecto Invernadero, el más usado en el mundo.

Ruta empedrada

En la campaña electoral que lo llevó a ganar los comicios y asumir el poder desde agosto de 2022, el ahora presidente de Colombia, Gustavo Petro, propuso el abandono progresivo del consumo de petróleo y carbón.

Más allá de esa promesa, hasta ahora incumplida, el Grupo Empresarial Ecopetrol, que el gobierno colombiano controla, encara desafíos importantes.

A criterio de Andrés Gómez, investigador en Energía y Justicia Climática de la no gubernamental Censat Agua Viva (la filial colombiana de Amigos de la Tierra), Colombia debe abandonar la meta de cero neto porque es inalcanzable.

“El cero neto es problemático, es físicamente imposible de lograr. No hay forma de buscar esas metas. Ecopetrol tiene condiciones para ser una empresa distinta. No estamos en el camino más adecuado, pero hay que ir hacia allá”, dice Gómez.

A 2030, la empresa plantea la disminución de 25 % de sus emanaciones A1 y A2 frente a 2019, que representaría entre cinco y seis millones de toneladas de CO2e, y 50 % del total a 2050 (alcances 1, 2 y 3). Además, visualiza cero quemas rutinarias de gas en ese mismo año.

Ecopetrol admitió también su compromiso de bajar las emisiones de metano en 45 % a 2025, y entre 60 % y 75 % a 2030. En 2022, sus emisiones sumaron 13,66 millones de toneladas.

Al respecto, World Benchmark Alliance indicó: “Tiene planes para producir hidrógeno bajo en carbono a partir de fuentes renovables, pero esto se ve socavado por su crecimiento planificado en el suministro de gas y la exploración en alta mar. La compañía debe aumentar significativamente su enfoque en el hidrógeno verde y desarrollarlo como un modelo de negocio alternativo para ser rentable”.

Con información de Agencia IPS

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