El 22 de septiembre de 1980 Saddam Hussein invadió a Irán e impuso una guerra de ocho años. Suponiendo que el ejército iraní se habría debilitado tras la victoria de la Revolución Islámica en Irán y no podría enfrentarse al ejército iraquí, atacó a Irán con la luz verde de Washington y algunos otros países de la región. Su objetivo, en primer lugar, fue separar la provincia petrolíferade Juzestán de Irán, y en la siguiente etapabuscaríaocupar Teherán, la capital de nuestro país.En las primeras semanas de la guerra, las tropas invasoras pudieron ocupar una gran parte de las regiones occidental y sur de Irán,incluyendo varias ciudades y pueblos comprendidos en unos 30 mil kilómetros cuadrados del territorio iraní.
A lo largo de esta guerra, muchos países,entre ellos los europeos, la ex Unión Soviética, algunos países del bloque del Este, así como los países árabes de Oriente Medio, prestaron ayudamilitar, financiera y de inteligencia a Saddam Hussein.Estados Unidos entregó aSaddam información sobre las unidades militares de Irán; la Unión Soviética y el Bloque del Este le proporcionaron armas; Francia y Gran Bretaña suministraron aviones y equipo militar, y Alemania facilitó a Saddam armas químicas. Arabia Saudita, Kuwait y los Estados del Golfo Pérsico cubrieron generosamente sus necesidades financieras.
En aquel momento, Saddam tenía un análisis correcto de la debilidad del ejército iraní y, por otro lado, había contado correctamente con la ayuda de otros países hostiles con la Revolución Islámica. Por lo tanto, pensó que en unas pocas semanas podría derrocar al incipiente régimen de Irán y lograr sus objetivos políticos y militares al ocupar a nuestro país.Sin embargo, no estaba en sus cálculos prestar atención al papel de la voluntad y la resistencia de Irán. Lo que venció al ejército de Saddam no fue la presencia de armas avanzadas o fuerzas militares experimentadas (que no teníamos ninguna, en comparación con el ejército iraquí), sino el sacrificio y la voluntad de la juventud iraní, que dio su vida por defender cada centímetro de su patria anteel ejército agresor fuertemente armado deSaddam, impidiendo que lograra sus objetivos de ocupar Irán y finalmente obligándolo a retirarse de las áreas ocupadas.
La guerra es un fenómeno reprobable e injustificable, pero, por el contrario, defender el país y la nación contra la agresión extranjera es un deber patriótico y nacional y una causa sagrada, y esto es lo que hizo la nación iraní en los años 80 y resistió y defendió su tierra durante 8 años contra la guerra que Saddam Hussein, el entonces presidente de Irak, impuso a Irán.
Esta guerra causó un gran daño económico y humano a Irán. Decenas de miles de iraníes fueron martirizados y miles resultaron heridos y discapacitados y se infligieron cientos de miles de millones de dólares en daños financieros a la infraestructura de Irán.Por lo tanto, definitivamente la Guerra Impuesta ha tenido un impacto negativoen el desarrollo económico de Irán al frenar el proceso del progreso de nuestro país.
No obstante, en algunos otros aspectostambién la Guerra Impuesta dejó un saldo positivo.En esta guerra creímos en el poder de la resistencia y el papel decisivo del pueblo. Es un logro importante para un país poder resistir a las principales potencias del mundo con las manos vacías y depender únicamente de la fuerza de su gente y no rendirse, lo que también puede ser una gran lección para otros países.
Por otro lado, en esta guerra logramos la confianza en nosotros mismos de que podemos satisfacer internamente las necesidades de nuestro país en los campos de la defensa, la tecnología y la industria, sin necesidad de ayuda externa, apoyándonos en la capacidad técnica de los jóvenes junto con el conocimiento de nuestros científicos.El hecho de que Irán sea ahora autosuficiente en la producción de las armas de defensa más avanzadas, equipos médicos, medicamentos y componentes industriales complejos,es un resultado de la guerra impuesta y las sanciones económicas contra la República Islámica de Irán.
Es lamentable que luego de 4 décadas desde esta guerra impuesta, todavía siguen las agresiones al pueblo iraní. Actualmente laguerra contra nuestro país ya no es militar. Desde hace 40 años, el gobierno opresivo y ambicioso de Estados Unidos ha impuesto una guerra económica contra el pueblo iraní.A raíz de esta guerra económica, la cual es un crimen contra la humanidad, el pueblo iraní ha sido privado de una conexión libre con la economía global dificultándole el acceso a los recursos financieros y el suministro de bienes básicos. Sin embargo,de la misma manera que el pueblo iraní no se rindió en la guerra impuesta, finalmente saldrávictorioso de esta guerra económica desigual, confiando en sus innumerables capacidades y espíritu de resistencia. Y es la tradición divina que la opresión no durará.
Por Ahmad Pabarja / Embajador de la República Islámica de Irán en Ecuador