Crisis en los medios: el periodismo, esencial para la libertad de expresión

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Los lectores fieles todavía siguen existiendo: «En los últimos tiempos nos llaman cada vez más a la redacción para decirnos lo importantes que es para ellos que siga existiendo el diario impreso», dice Benjamin Piel, redactor jefe del Mindener Tageblatt (Diario de Minder) publicación local de una ciudad de mediano tamaño situada en el estado federado de Renania del Norte-Westfalia.

Con una tirada de 26.000 ejemplares, la tendencia es a la baja, a pesar de sus leales abonados. En los últimos 23 años, la tirada ha descendido en un 27 por ciento.

Ese es el día a día en muchas redacciones, y la crisis no empezó con la pandemia. Los Estados autoritarios organizan campañas de noticias falsas online y, mientras tanto, se desvanecen los recursos de los medios en los países democráticos. Solo en Alemania, la tirada de los grandes diarios ha descendido un 45 por ciento en los últimos 20 años. En Estados Unidos han surgido los denominados «desiertos de noticias», es decir, regiones enteras en las que no existe la información local. En los últimos 15 años, más de 2.000 diarios han cerrado en ese país. «Las fuerzas que tratan de destruír, coartar, controlar e incluso, en algunos lugares, reprimir, el periodismo tradicional son cada vez más intensas, y las técnicas y los frentes desde los que eso ocurre se multiplican», dice Sameer Padania a DW. Padania ha escrito, junto con muchos otros colegas el informe A New Deal for Journalism, editado por el Foro para la Información y la Democracia, iniciado en 2019 por Reporteros Sin Fronteras.

El «nuevo acuerdo» para el periodismo requiere de un enfoque básico innovador y general para preservar del cierre a los medios, ya sean escritos, digitales o lineales. «Prácticamente hay que pensar de nuevo el periodismo y no como ‘sector de los medios’, sino como elemento esencial de la libertad de expresión y prensa», dice Christophe Deloire, secretario general de Reporteros sin Fronteras y presidente del Foro para la Información y la Democracia.

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Impuestos más bajos para los medios y bonos para los usuarios

El informe propone que los actores centrales e impulsores de ese nuevo enfoque sean los Gobiernos de los países democráticos. El Foro da una serie de recomendaciones, como que los Estados dediquen hasta el 0,1 por ciento de su PIB anual al periodismo, siempre que los gobiernos respeten y aseguren el principio de independencia de los medios. La idea es que surjan en los próximos 10 años ofertas mediáticas innovadoras y de calidad. No se trata de elegir entre los medios escritos o los medios online, sino de promover proyectos innovadores. Las recomendaciones del «New Deal» no dan una opción única, sino ideas que los interesados pueden implementar a nivel local.

Algunas recomendaciones son de naturaleza estructural, como, por ejemplo, la organización de un soporte financiero duradero gracias, por ejemplo, a las bajadas de impuestos. Otras medidas incluyen apoyos estatales pequeños, como la creación de abonos, para que las personas con menos recursos puedan permitirse tener acceso a diarios y servicios online. «Muchos gobiernos han expresado la necesidad de apoyar el periodismo independiente, mantener la libertad de prensa y asegurar el acceso de los ciudadanos a la información. Ahora es el momento de que asuman un papel líder en estas cuestiones», según Sameer Padania.

Sí a la financiación, no a la intromisión

¿Gobiernos que financian periodismo? Al menos en Alemania, ese es un enfoque nuevo que, a la vista de las experiencias con dos dictaduras, puede provocar escepticismo. El informe del Foro para la Información y la Democracia subraya que los frutos de su visión de un mercado mediático floreciente solo pueden cosecharse en en países que «respetan los derechos», es decir, como Alemania, que respeta los derechos ciudadanos.

«El informe tematiza los problemas de financiación del periodismo. Y la investigación concluye, por consenso, que los fondos públicos, los del Estado, deben comprometerse», explica a DW Christopher Buschow, profesor en la facultad de Medios de la Universidad Bauhaus, en Weimar, y agrega que otras fómulas, como la financiación a través de fundaciones, no han tenido éxito.

Mientras que Alemania todavía debe acostumbrarse a la idea de un Estado que apoya a los medios, en Dinamarca ese impulso ya existe. A Volkmar Kah, director en Renania del Norte-Westfalia del sindicato periodístico DJV, le parece el camino adecuado, tanto para los medios ya establecidos como para los incipentes, y de menor tirada. Aunque tiene una objeción: «Existe también en los medios establecidos una gran preocupación por la intromisión estatal. Y ahí hay que actuar de forma sensible», dice Kah a DW.

Para el experto en medios Buschow, de Weimar, es importante recalcar que el periodismo no puede permitirse depender siempre del apoyo estatal: «Eso esconde muchos peligros. El objetivo sería más bien desarrollar instrumentos de apoyo para esta fase de transformación en la que nos encontramos, con el fin de impular innovaciones en el periodismo y proyectos prometedores que puedan tal vez solventarse por sí mismos».

Con información de Deutsche Welle

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