Abraham Verduga: «Recuperar la dignidad, construir el futuro». VIDEO

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Las cosas no van a cambiar de la noche a la mañana, pero para que sí puedan ir cambiando va a hacer falta que nos unamos en el único proyecto de raigambre popular; un bloque histórico que acuda a las urnas a votar por la recuperación de la Patria.

Con una sonrisa restituiremos la democracia, sin necesidad de fuegos artificiales. Derrotaremos a los que usan el terror como argumento. Con alegre rebeldía les diremos BASTA YA a los dinosaurios insepultos, los que piden tu apoyo porque ¡ya qué chucha!… Jubilaremos a esas élites decadentes que nada tienen que ver con el pueblo y que solo se parecen entre ellas mismas. Volverán los tiempos de gloria, ¡volverán!; con un proyecto renovado, con un recambio generacional, con la moral en alto. Se acerca el momento de sacar a patadas a los canallas que se empachan en el palacio acordonado con alambres de púas y adornado por dentro con una bandera extranjera. Vamos a devolverle a Carondelet su lugar como la Casa del Pueblo.

Honremos nuestro voto, por este sueño compartido. Elijamos a ese presidente que haga que las cosas sucedan, que priorice al ser humano antes que el capital. Un presidente que haga que la política salga a las calles, que no se esconda en los despachos o tras una pantalla. Un presidente que haga con la macroeconomía lo mismo que tú haces con la economía de tu familia, que a ningún miembro le falte más que a otro. Un presidente que entienda que cuando enfermamos, desde un empresario hasta un pescador, simplemente no podemos ir a producir y que por eso hay que garantizar que nadie se quede sin acceso a la salud pública, gratuita y de calidad. Un presidente que no escatime en educación, que siembre el país de escuelas; que ejercite el sentido común, que luche desde afuera, desde la calle, para que nadie le diga lo que tiene que hacer. Un presidente que combata la inseguridad creando más y más empleo, no comprando más y más armas. Uno que se le plante firme a los corruptos. Un presidente que hará muchísimas cosas bien y que, seguramente, en otras cuantas se equivocará, pero al que nadie lo pueda acusar de traicionar el lugar de donde viene; que jamás le dará la espalda a los humildes. Un presidente que gobierne en favor de los 17 millones de ecuatorianos, de la mayoría social, no solo para el beneficio de unos pocos. Un presidente que se deje la piel en el objetivo de entregar una patria más justa a las generaciones venideras y a cualquiera que lo suceda en el cargo. Un presidente que nos devuelva la dignidad, que nos inspire esperanza.

Confirmado.net

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