COMENTARIO: Una China abierta da nueva vida a la inactiva economía global

Personas observan un automóvil Apollo Intensa Emozione en el área de exhibición de automóviles durante la III Exposición Internacional de Importaciones de China (CIIE, por sus siglas en inglés), en Shanghai, en el este de China, el 5 de noviembre de 2020. Un total de siete de los principales fabricantes de automóviles del mundo participaron en la CIIE de este año, exhibiendo varios vehículos de países como Alemania, Estados Unidos, Reino Unido, Japón, República de Corea y Suecia. (Xinhua/Zhao Dingzhe)
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BMW reportó un descenso del 12,5 por ciento en sus ventas de nuevos vehículos en todo el mundo en los primeros nueve meses del año, debido a la debilitada demanda en medio de una recesión provocada por la pandemia de COVID-19, pero sus ventas aumentaron un 6,4 por ciento en China, el mayor mercado extranjero del gigante automotriz alemán.

La recuperación del mercado chino es una bendición no solo para BMW, sino también para las corporaciones de todo el mundo que luchan por buscar oportunidades de negocio y sobrevivir a esta situación económica mundial sin precedentes.

Con la exhibición de productos y servicios de las empresas del mundo en la metrópolis china de Shanghai, la actual III Exposición Internacional de Importaciones de China (CIIE) no solo construye un puente entre esas empresas ansiosas y las tan necesitadas oportunidades en el momento adecuado, sino que también está dando nueva vida en la tambaleante economía global.

Acoger la mayor feria de importación del mundo, según lo previsto, es sin duda un serio desafío, sobre todo cuando el nuevo coronavirus sigue causando estragos a nivel global.

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Gracias a la rigurosa y eficaz campaña de contención epidémica de Beijing, la economía de China se está recuperando, su comercio exterior se está calentando y hasta ahora la exposición ha sido segura, productiva, y no ha visto contratiempos, aumentando la confianza del mundo en la fiabilidad y resiliencia de la segunda economía más grande del mundo y el mayor mercado de consumo.

La irresistible fuerza magnética del mercado chino ha sido aún más palpable en el contexto de los agudos problemas provocados por la pandemia. Mientras se proyecta que la inversión extranjera directa (IED) global se desplome hasta en un 40 por ciento en 2020, la IED que fluye hacia el continente chino, en uso real, se expandió en un 25,1 por ciento interanual hasta 14.900 millones de dólares en septiembre, el sexto mes consecutivo de crecimiento positivo de la IED en el país asiático.

La creciente IED puede ofrecer una visión del enorme potencial del mercado chino, siempre aumentando su apertura y que cuenta con una población de 1.400 millones de habitantes, de los cuales más de 400 millones pertenecen al grupo de la clase media. Se estima que la importación de bienes del país superará los 22 billones de dólares en la próxima década, según datos oficiales.

Mientras tanto, China ha comenzado recientemente a adoptar un nuevo modelo de desarrollo de «circulación dual» que presenta al mercado interno como el pilar principal, con los mercados nacional e internacional impulsándose mutuamente. La visión de China no es un ciclo de desarrollo a puerta cerrada, sino una circulación interna e internacional más abierta.

Además, como Beijing ha propuesto un objetivo a largo plazo para los próximos 15 años de impulsar el desarrollo de alta calidad y construir una economía de mercado de alto nivel, en la recién concluida quinta sesión plenaria del XIX Comité Central del Partido Comunista de China, las empresas de todo el mundo pueden estar seguras de que habrá aún más oportunidades de inversión y cooperación en China.

En su discurso pronunciado durante la ceremonia de apertura de la III CIIE, el presidente de China, Xi Jinping, presentó una serie de nuevas propuestas de apertura, entre ellas la creación de nuevos referentes de apertura, la búsqueda de formas creativas de hacer crecer el comercio exterior, mantener la mejora del entorno empresarial y promover una cooperación bilateral, multilateral y regional más profunda.

Las propuestas, diseñadas para marcar el comienzo de una nueva ronda de mayor apertura en China, han enviado una vez más un mensaje fuerte y explícito de la dedicación del país a la apertura y la cooperación de ganar-ganar.

Mientras China está haciendo todo lo que puede para cumplir su promesa de apertura con medidas sustanciales y compartir sus oportunidades de desarrollo con el resto del mundo, los desafíos combinados del brote de coronavirus y del creciente proteccionismo comercial y el aislacionismo están amenazando con hundir aún más a la economía mundial en el abismo de la recesión. Para superar esta era de crisis se necesita el esfuerzo de todos.

«Todos los países necesitan unirse para enfrentar conjuntamente los riesgos y desafíos, fortalecer la cooperación y la comunicación, y adoptar una mayor apertura», dijo Xi en su discurso del miércoles.

A la historia no le faltan epopeyas que ilustran el valor y la sabiduría de la humanidad para seguir adelante cuando se enfrenta a desafíos aparentemente invencibles y serios reveses. Para restablecer el crecimiento mundial lo antes posible y construir una economía mundial más resistente, la comunidad internacional debe unir sus esfuerzos aún más estrechamente esta vez. Y en el proceso, China, como siempre, estará lista para desempeñar su papel.

Con información de Agencia XINHUA

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