La política exterior de la traición (O) Fernando Yépez

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El pueblo ecuatoriano se pronunció democráticamente en 2017 por la política exterior de la Revolución Ciudadana: soberana, digna, integracionista, libre de todo tutelaje, abierta a todos los países sin distinciones ideológicas y comprometida con las causas del mundo en desarrollo. En definitiva, una política exterior coherente con los principios de nuestra Constitución y del derecho internacional, con las necesidades, prioridades e intereses de nuestro país, con la defensa y protección de los derechos de nuestros hermanos migrantes y con la consecuente ejecución de una diplomacia ciudadana, reflexiva, incluyente y representativa de la diversidad nacional para enfrentar de la mejor manera los desafíos de la globalización, que ha profundizado la brecha entre el Norte y el Sur.

Sin embargo, la traición del Presidente Lenín Moreno al mandato del pueblo ecuatoriano se refleja claramente en la definición y ejecución de una política exterior servil, entreguista, tutelada, ajena a nuestra tradición jurídica, divorciada de nuestra vocación integracionista, distante de las necesidades de los ecuatorianos en el exterior y de las legítimas causas y aspiraciones de los países en desarrollo. Es, entonces, una política internacional que responde a una agenda impuesta desde el exterior, acorde con los intereses de los Estados Unidos de América y del FMI, mas no del Ecuador, ni de la región.  El reconocimiento de Juan Guaidó, la destrucción de UNASUR, la ignominiosa entrega de Julián Assange, el apoyo a Almagro, la renovada cooperación en seguridad con los Estados Unidos de América y la utilización del aeropuerto en Galápagos, la anunciada negociación de un TLC y un nuevo TBI según las  condiciones de Washington, el pago de la deuda externa durante la emergencia sanitaria y su renegociación favorable a los tenedores de bonos, el alejamiento de la cooperación Sur-Sur, el abandono de iniciativas en favor de los migrantes y de otros temas emblemáticos en los foros multilaterales son, entre otros, claros ejemplos de la vergonzosa política exterior de la traición de Moreno.

            Una última perla de esta política exterior servil y entreguista es el apoyo del Ecuador a la candidatura de los Estados Unidos de América a la Presidencia del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), anunciado por José Valencia, el “Canciller de la vergüenza”, pocas horas después de conocerse la pretensión del gobierno del Presidente Trump. Varios ex Presidentes latinoamericanos, de distintas tendencias ideológicas, han expresado su justificado rechazo a la candidatura de los Estados Unidos de América, que rompe los acuerdos y el equilibrio regional en el manejo y funcionamiento de tan importante y sensible Institución. Los riesgos para nuestra región de una Presidencia del BID a cargo de un “halcón”, representativo de una administración como la del Presidente Trump, son muy grandes, entre ellos el ejercicio de presiones, chantajes, exigencias de “buena conducta” y alineamiento con las políticas de Washington, que son atentados a nuestra soberanía, contrarios al derecho internacional. Con mucha aceptación en la región personalidades de diferentes visiones ideológicas de América Latina y el Caribe han sugerido la postergación de la elección de Presidente del BID en atención a las circunstancias imperantes por la pandemia y a fin de contar con el tiempo necesario para definir un candidato latinoamericano o caribeño de consenso para tan importante dignidad.  La UE, importante socio del BID, también ha planteado el diferimiento de la elección. ¿Por qué el irreflexivo apoyo del Ecuador al candidato de los Estados Unidos de América? ¿Por qué contribuye nuestro país a romper los acuerdos y el equilibrio regional en el funcionamiento del BID? ¿Por qué asume nuestro país una posición contraria a nuestros intereses, a la visión de la región y a nuestra tradicional vocación latinoamericana? ¿Considera el Ecuador el fundamentado pedido de postergar la elección? Sería muy pertinente conocer las respuestas del Presidente y el Canciller sobre estos particulares.            

La traición y el servilismo siempre generan rechazo y desprecio, inclusive entre sus promotores y beneficiarios. Pronto el Ecuador recuperará su política exterior soberana, digna, integracionista y comprometida con los intereses del país y el mundo en desarrollo.

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Artículo de opinión firmado por Fernando Yépez Lasso – exvicecanciller de Ecuador


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente representan la opinión de Confirmado.net

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