Solidaridad, cooperación, la forma correcta de tratar con COVID-19. (O) Diario del Pueblo

El Director General de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus. Foto de la página oficial de la OMS en Weibo
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Las amenazas hechas por algunos políticos estadounidenses de retirarse de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en los meses anteriores finalmente se hicieron realidad entre las voces disidentes de todo el mundo.

El 6 de julio, la Casa Blanca presentó a las Naciones Unidas (ONU) su aviso de abandonar el organismo de salud de la ONU para julio del próximo año.

Como la pandemia COVID-19 sigue extendiéndose rápidamente, los EE.UU. están actuando como un desertor en la batalla y se encuentran en el lado opuesto de la cooperación mundial anti-pandémica. Tal irresponsable y hegemónico unilateralismo es una total vergüenza.

Como todos lo ven, algunos políticos estadounidenses siempre han tomado a la OMS como chivo expiatorio al que desvían las contradicciones internas y desplazan las responsabilidades, en un intento de encubrir su incapacidad para hacer frente a la enfermedad.

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El anuncio de Estados Unidos de interrumpir la financiación de la OMS, hecho el 14 de abril, provocó un gran revuelo en la sociedad internacional. El Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, subrayó en una declaración posterior al anuncio de Estados Unidos que ahora es el momento de la unidad y de que la comunidad internacional trabaje unida y solidariamente para detener este virus y sus consecuencias devastadoras. Dijo que la OMS debe ser apoyada, ya que es absolutamente fundamental para los esfuerzos del mundo por ganar la guerra contra COVID-19.

Un experto estadounidense señaló que el desastre en los EE.UU. no fue causado por la OMS, sino por la negligencia de la Casa Blanca ante las advertencias de la organización. Un comentario del New York Times calificó a la maniobra de EE.UU. como un peligroso intento de encontrar un chivo expiatorio para sus propios fallos. «Es como quitarle los camiones a los bomberos en medio de un incendio», decía el artículo.

Sin embargo, algunos políticos estadounidenses siguen su propio camino. El 18 de mayo, la Casa Blanca envió una carta a la OMS, amenazando con abandonar la organización si ésta «no se compromete a realizar mejoras sustanciales en los próximos 30 días». Once días más tarde, anunció el fin de los lazos con el organismo de salud de la ONU.

Si el gobierno de los Estados Unidos se hubiera tomado más tiempo para escuchar a la OMS, en lugar de tratar de destruirla, entonces decenas de miles de estadounidenses seguirían vivos hoy en día – esa es una creencia común de los ciudadanos de los Estados Unidos. Sin embargo, esa voz nunca es escuchada por los políticos estadounidenses que sólo buscan intereses privados, sin tener en cuenta tanto la vida y la salud de los ciudadanos estadounidenses, como la seguridad de la salud pública del mundo.

En su calidad de importante plataforma para la cooperación mundial en materia de salud pública, la OMS desempeña un papel fundamental en la alerta temprana, la coordinación de las estrategias de respuesta, el intercambio de planes de tratamiento y la organización de la asistencia internacional cuando surgen enfermedades infecciosas emergentes. Frente a la repentina epidemia de COVID-19, la OMS, mediante la puesta en marcha de múltiples laboratorios, el establecimiento de una red mundial de pruebas, la mejora de la capacidad mundial de diagnóstico, la mejora de la vigilancia de los orígenes del virus y la aceleración del desarrollo de vacunas, ha creado una fuerza conjunta en la comunidad internacional para luchar contra la enfermedad y se ha ganado el reconocimiento y la alta reputación del mundo.

La solidaridad y la cooperación, que representan la justicia internacional, son necesarias para hacer frente al desafío actual que afecta a la salud de toda la humanidad. Mientras que la comunidad mundial hace hincapié en la solidaridad, algunos políticos estadounidenses están desfinanciando, amenazando y retirándose de la OMS.

La OMS es el único organismo capaz de dirigir y coordinar la respuesta mundial a COVID-19, dijo la Presidenta y Directora General de la Fundación de las Naciones Unidas, Elizabeth Cousens, calificando la retirada de los Estados Unidos de América de «miope, innecesaria e inequívocamente peligrosa».

Los virus no respetan ninguna frontera. Hasta la tarde del 7 de junio, EST, los EE.UU. habían reportado un total de más de 2,98 millones de infecciones y 130.000 muertes. Cerca de 60.000 infecciones y más de 1.000 muertes fueron reportadas en las últimas 24 horas. Las estadísticas indicaban que muchos estados del oeste y del sur han visto continuamente nuevos máximos en las infecciones, y la curva COVID-19 está aumentando drásticamente en el país.

La opinión pública estadounidense sostuvo que el ciego optimismo de la Casa Blanca está creando una pesadilla de COVID-19 para los EE.UU., y sus ataques a la OMS finalmente se perjudicarán a sí mismos. Muchos expertos en salud pública estadounidenses se preocuparon de que las prácticas miopes de los EE.UU. no sólo perturben los ensayos clínicos cruciales para el desarrollo de la vacuna, sino que también lleven a que el país no esté preparado para posibles pandemias en el futuro.

Cualquier persona con conciencia sabe qué elegir entre salvar vidas y eludir responsabilidades, así como entre la solidaridad y la creación de problemas. Sin embargo, algunos políticos estadounidenses sólo van en contra de la justicia, lo que expone plenamente su naturaleza inmoral.

La solidaridad y la cooperación siguen siendo la forma correcta de hacer frente a la pandemia. La OMS instó recientemente a los países pertinentes a «despertar» y a enfrentarse directamente a la pandemia. Indicó que la sociedad internacional espera que los Estados Unidos puedan mantenerse sobrios y racionales, y adoptar medidas prácticas para prevenir la enfermedad.

Es urgente construir una línea de defensa global para salvaguardar la vida y la salud de la gente. Sólo mediante la asistencia mutua y la cooperación conjunta podemos lograr la victoria final sobre la gran crisis de salud pública.

Artículo Diario del PuebloOriginal en inglés

Traducción realizada con la versión gratuita del traductor www.DeepL.com/Translator

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