Gobernados por ciegos, sordos y mudos. Por: Pablo Izquierdo Pinos

Nótese el notable incremento durante el gobierno de Moreno-Otto
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Por lo que se ve, en Ecuador hay dos clases de discapacitados. Los “sapos”- como los llama el ejecutivo a sus propios- que sacan rapidísimo el carnet de discapacidad para importar  autos de lujo con exoneración de impuestos como es el caso de muchos políticos, asambleístas, gobernadores, ministros, gente de farándula, deportistas, profesionales, etc. Y los verdaderos discapacitados que ni siquiera pueden acceder a la consulta de un especialista hospitalario, mucho menos a un médico calificado y obtener un diagnóstico certero o un tratamiento digno. Y conste que tenemos un presidente de la República y un presidente del Conadis “discapacitados”… que vienen ejerciendo funciones gubernamentales desde el 2006.

La realidad es desalentadora, los principales verdugos, la corrupción, la desidia. Ejemplo, todos los países normales, tienen hospitales nacionales de, rehabilitación y fisiatría donde los mejores expertos desarrollan tratamiento, investigación, docencia y normas para la atención, promoción y prevención en discapacidad. Lo propuse en una carta pública al Gobierno nacional a inicios de este Gobierno, en donde justamente denuncié el vía crucis de los verdaderos pacientes discapacitados y el tráfico de los carnets de discapacidad, otra mafia, con negocios ilícitos

La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce que el 15% de la población mundial tiene algún tipo de discapacidad. Estadísticas en Ecuador: en 1996 teníamos 1.650.0000 personas con discapacidad, en 2010 bajó a 816.000 y este año 475.000, es decir apenas el 2% de los 17 millones de ecuatorianos. Impostura que hace que más del 60% de discapacitados este fuera del goce efectivo de derechos constitucionales.

El cumplimiento del exceso de normatividad es inferior a la mitad y como todo en gestión pública, el caos está en implementarlo. La Ley orgánica de discapacidades establece mecanismos de integración social y estímulos para inclusión laboral de personas con discapacidad. Su aplicación es una falacia y su efecto real en derecho al trabajo es inferior al 1,5%.

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La normativa internacional habla de seis tipos de discapacidad; Ecuador reconoce cinco: física, intelectual, auditiva, visual y psicosocial. La población sorda logró mejores avances en acceso a servicios, pero tienen altos índices de exclusión laboral y educativa. Seis de cada diez no acceden a colegios y ocho de cada diez no tienen trabajo. Los ciegos tienen indicadores excluyentes superiores al 80%. Los más excluidos son las personas con discapacidad intelectual, si son pobres, peor.

De los “sapos” discapacitados, la mayoría tiene discapacidad “auditiva” y “física”. Difíciles de comprobar a simple vista –cierto-, pero fáciles de evidenciar con simples estudios y exámenes realizados por especialistas honestos y serios. A casi todos estos pseudo discapacitados se les ve sin audífonos retroauriculares o intraauriculares y haciendo deportes de fricción y fuerza sin ninguna prótesis ortopédica. Ninguno con cuadriplejia, paraplejia o hemiplejia. Esto a leguas demuestra su felonía, su farsa. Claro, viven en “otra realidad”.

En el año 2010 se importaron apenas 182 vehículos importados para personas con discapacidad, ascendieron a 1634 el año 2018 y el 2019 alcanzan a casi 5000. ¿Cuántos corresponden a falsos discapacitados?

El remedio peor que la enfermedad:

“Suspensión inmediata del proceso de exoneración de aranceles”. Por ahí algún señor con discapacidad real y que en realidad juntó moneditas con esfuerzo para comprarse un auto automático acorde a su discapacidad. A pagar los platos rotos por culpa de políticos “vivos”, pero que solo han sabido aparentar ser “sordos” y “mudos”

“Auditoría del Ministerio de Salud Pública (MSP) caso por caso. Es decir del ratón que se robó el queso. ¿A quién se le ocurre? Bueno sí, para perpetuar la impunidad y socapar a los responsables, no se les habrá ocurrido mejor idea. Brillante. Pues allí realizan los estudios, califican la discapacidad (qué diagnóstico y cuánto en porcentaje le pongo) y finalmente le entregan el carnet (forjado)

“El MSP deberá investigar a los responsables”. Lo que garantiza el olvido y la protección de los verdaderos “capos” de la red de corrupción, de los que recibieron fraudulentamente el carnet, de los que pusieron falsos diagnósticos. Y como siempre, se ensañaran con unos “cuatro pobres pájaros”

Finalmente, terminare con la última frase de la carta pública dirigida hace varios meses al actual señor presidente de la República:

“Los seres humanos sensibles, que ven en su semejante el espejo de su sufrimiento y su templanza frente a la discapacidad, siempre dejaron un legado que alivie en el otro su propio dolor. Presidente, le propongo, su herencia imperecedera: que nuestro país, como todos los de la región, tenga el Instituto u Hospital Nacional de Discapacidades, que lleve su nombre. No desperdicie esta oportunidad”.

La desperdició.

Artículo de opinión Pablo Izquierdo Pinos – [email protected]

Médico Pediatra, especialista en Salud Pública por la Universidad de Buenos Aires, Argentina en donde ejerció varios años. Articulista en varios medios nacionales. Estudios en periodismo médico.


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente representan la opinión de Confirmado.net

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