Poner las finanzas públicas y privadas sobre la vida de sus conciudadanos.
El Gobierno de Ecuador y su Ministro de Finanzas, por sus pésimas políticas económicas, ha caído en un agujero del que trataba salir a través de despidos masivos, alza de combustibles, y otras medidas antipopulares. Definitivamente es claro que no llegaron a ese desesperante escenario por la famosa “herencia correísta”, muletilla a la que acuden desde hace tres años. Tal justificación a estas alturas solo demuestra dos cosas, o están mintiendo, o son incapaces, quizá son las dos cosas, sumado a que se dedicaron a beneficiar a banqueros y grandes empresarios, empobreciendo a la gran mayoría de los ecuatorianos.
En medio de esta compleja situación, nos llega el COVID-19 y, en un momento por demás crítico, el gobierno decide favorecer el pago de la deuda, recortar y contener presupuesto para salud pública, al tiempo que posterga justo en el punto crucial de la curva de contagios, la cuarentena social, con el fin de no detener las actividades “productivas”.
Tamaña irresponsabilidad e indolencia, hizo que se les vaya de las manos la situación y el control de la pandemia.
En vez de informar con transparencia y actuar con prontitud, pierden tiempo vital en nimiedades.
Nuevamente, haciendo gala de incapacidad y frialdad, en medio del dolor, muerte y desesperación, no tienen mejor idea para “salvar vidas” y atender enfermos, que culpar nuevamente (ahora de Fake News) al correísmo, con Rafael Correa a la cabeza. Tanto es así que montan una estrategia;
Acto uno, aparece en escena Ánderson Boscán, del medio digital La Posta, denunciando supuestos troles correístas que funcionan desde México, basado en un documento “filtrado” de la Secretaría de Inteligencia, luego le siguieron el Secretario de Comunicación y otros medios pautados por el Gobierno, con el mismo guión.
Tal acusación en medio de cientos de fallecidos por el COVID-19, familias sumergidas en el dolor por haber perdido al mismo tiempo, padre, esposo, hijo, millones de ciudadanos angustiados y asustados. Esto sin contar con médicos que reclaman insumos de protección y advierten que no tienen capacidad para atender a tantos contagiados y enfermos graves. Así mismo la gente más pobre desabastecida de alimentos, grupos de militares maltratando a ciudadanos, cadáveres en la vía pública y apilados en bodegas de hospitales, así como cuerpos perdidos que sus familiares buscan conocer el paradero de manera desesperada. Un escenario de dolor, muerte, miedo e incertidumbre nunca antes imaginado.
No contentos con esto, se dedicaron a hacer promoción política del vicepresidente Otto Sonnenholzner, repartiendo bolsas con alimentos, canción de rap típica de campaña electoral, o imágenes del vicepresidente observando su ciudad natal desde un avión, y diferentes actividades. De igual manera, otros funcionarios de menor rango aprovecharon la crisis, tomándose selfies y haciendo videos propagandísticos sobre asistencia a la población. Esto no solo ha sido vergonzoso, sino irresponsable, demostrando total falta de solidaridad y preocupación por sus mandantes, reafirmando de la ineptitud del Presidente, Vicepresidente y Gabinete de Ministros.
El papel de la prensa tradicional
El papel que ha jugado la prensa tradicional ha sido criminal, dado que su obligación moral era la de transmitir la realidad para que los ciudadanos tome mucho más conciencia en el cuidado y el Gobierno deje de actuar indolentemente, abandono a los más pobres a su suerte. Ocultaron lo que más pudieron la crisis, no levantaron voces de alerta a tiempo y se confabularon con el gobierno del cual son a todas luces socios (político y económico), para multiplicar sus tesis y ser complacientes con sus ministros. Luego y después de desconocer las denuncias ciudadanas, no exigir transparencia en los números y datos, y tratar como cualquier cosita un evidente acto de corrupción en la compra de insumos médicos y de protección, tuvieron que cambiar su posición por que los medios internacionales similares a su línea editorial como CNN, BBC de Londres, empezaron a hacer las denuncias que ellos ocultaron. Le negaron la voz a los más necesitados, incluso a sus periodistas que empezaron a perder familiares por el COVID-19. No hay palabras para describir tal comportamiento de los medios nacionales ecuatorianos.
Banqueros aliados socios del gobierno salen al rescate con 15´.000.000 USD
El banquero y permanente candidato presidencial, Guillermo Lasso (Bco. de Guayaquil), después de mantenerse en las sombras aparece con un donativo de $10.000.000, mientras recibe muchas críticas por haber recibido por parte del Gobierno condonaciones por alrededor de $70.000.000 en impuestos. Caso parecido con el banquero Fidel Egas (Bco. del Pichincha), que “donó” $ 5.000.000, y que también fue beneficiado en muchísimo más por las políticas del gobierno. Estas acciones bajo las circunstancias que vive el Ecuador, son bienvenidas pero, no reconocidas por su generosidad, sino señaladas como; “por lo menos algo vomitaron los lagartos de las finanzas públicas y privadas.”
¿Hay alguna luz al final del túnel?
Está demostrado que la muerte y la pobreza para este gobierno, sus élites financieras y mediáticas, no son importantes. Están asustados y desesperados sí, pero por dos factores; que la muerte no toque a sus puertas y que sus negocios dejen de ser rentables, porque no habrá consumidores con capacidad a quién venderles cada mes. Por lo tanto, quizá la única luz al final del túnel para muchos se llama resiliencia, y depende de la actitud en cada uno. Mientras tanto, ni el gobierno actual, ni las élites económicas, ni la prensa hegemónica, van a cambiar de actitud, ellos seguirán repartiendo caridad, beneficiándose del poder y pescando a río revuelto. El resto tendrá que seguir en la lucha, sobrevivir y sobrellevar la crisis post COVID-19, a cuestas. (O) Calvin
Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente representan la opinión de Confirmado.net