La brecha de género en el Mundial de fútbol femenino: salarios diferentes y premios inferiores a sus homólogos masculinos

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En 2017, la futbolista (y actual balón de oro) Ada Hegerberg se quejó de la discriminación que existía en su país (Noruega) entre la selección masculina y femenina de fútbol. En su día, la futbolista afirmó que no volvería a jugar con la selección si las diferencias no se corregían… Y a pesar de que, hace dos años, la Federación de Noruega de fútbol se comprometió a lograr la paridad en los salarios, en esta edición del mundial de fútbol femenino 2019, celebrada en Francia, Hegerberg no ha vestido la camiseta de su selección.

No ha sido el único acontecimiento que ha marcado este mundial en las cuestiones relativas al género. En los últimos meses, Argentina ha profesionalizado su fútbol femenino, Estados Unidos ha reivindicado la igualdad salarial y, el mismo día que comenzó el Mundial -el pasado 7 de junio-, el salario base de las jugadoras australianas se igualó al de sus homólogos masculinos gracias a un convenio de la federación de fútbol australiana.

Concretamente, en España, el impacto mediático no ha dejado de crecer desde que esta competición dio sus primeros pasos. De hecho, el último partido de la selección, la derrota de España frente a Estados Unidos, fue vista por más de un millón de personas. Por ello, en Maldito Feminismo queremos hacer una radiografía de la situación que se vive en el fútbol femenino.

Menos del 1% de los jugadores profesionales de fútbol son mujeres, según una encuesta de Sporting Intelligence

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Hay varias encuestas e informes de diferentes organismos que han tratado de cifrar el número de mujeres futbolistas profesionales. Por ejemplo, según el último informe llevado a cabo por la UEFA, y publicado en 2017, esta cifra ha crecido en los últimos años, pasando de 1.680 jugadoras, en 2013, a 3.572, en 2017. En este cálculo, la UEFA incluye a las jugadoras profesionales y, también, a las semiprofesionales de Europa. Si, además, tenemos en cuenta el número de jugadoras federadas que hay en total, sean o no profesionales, la cifra asciende a 1.365.524.

Sin embargo, una encuesta elaborada por la compañía Sporting Intelligence, también en 2017, afirma que, en ese mismo año, había 137.021 jugadores frente a 1.287 jugadoras profesionales. O, lo que es lo mismo: que las mujeres ni siquiera alcanzaban a representar el 1% de los futbolistas profesionales.

Además, el informe de Sporting Intelligence considera “complicado” tener cierta precisión en el cálculo de jugadoras profesionales ya que el estudio elaborado por la UEFA define a una “jugadora profesional” como “la jugadora que tiene un contrato con un club afiliado a una liga nacional y que cubre todas sus necesidades financieras con el salario que percibe de sus actividades futbolísticas”. La realidad es que no siempre es así, por lo que, para Sporting Intelligence, la UEFA estaría haciendo un cálculo mayor al que sería correcto.

En España, un país que cuenta con más de 46.000 federadas en todas las categorías, según el informe de la UEFA, se ha conseguido que la mayoría de las jugadoras de Primera División cobren el salario mínimo interprofesional hace relativamente pocos meses gracias a una reivindicación de las jugadoras que pedían “poder vivir del fútbol y no tener que compaginar el trabajo con la práctica deportiva”.

Además, Vero Boquete desveló que, antes del Mundial de Canadá de 2015, las deportistas de la selección española cobraban “25 euros en concepto de dieta”. Sólo tras una queja de las jugadoras, la Federación Española de Fútbol aumentó “a 40 euros la dieta nacional, a 60 la internacional y un plus de 150 euros por partido disputado y ganado”.

La brecha de género de los premios del fútbol 

Aunque cada año hay más mujeres que se dedican profesionalmente a este deporte, esto no significa que las competiciones femeninas de fútbol estén acercándose a un estándar equiparable al que se disfruta en las competiciones masculinas.

Desde que comenzó el Mundial, a través de las redes sociales se ha movido la campaña #OurGoalIsNow, lanzada por las propias jugadoras de la competición de manera anónima. A través de ella, explican que la FIFA reserva 30 millones de dólares en premios para el mundial de fútbol femenino. Una cifra que equivale al 7,5% de lo que supuso el premio en la Copa Mundial masculina, celebrada en Rusia, en 2018: 400 millones de dólares.

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